SAMUEL VALDÉS LÓPEZ • No descubren el hilo negro, pero traen un disco sólido.
Lo admito: soy fan de Tom Petty. En cualquiera de sus encarnaciones. Ya sea solista, con los Heartbreakers, con Mudcrutch o con The Travelling Wilburys, el sonido Americana que tanto maneja don Petty fue de los primeros que recuerdo desde mi infancia.
Hypnotic Eye es el nuevo disco de Tom Petty & The Heartbreakers y no, el hilo negro no se descubre con este treceavo disco del grupo. No necesitan descubrirlo, simplemente detonar secuencialmente el sonido blues rock que envuelve la voz pacheca de Tom Petty.
Y tal vez la voz de Tom Petty no sea la mejor, pero funciona muy bien con los arreglos. A mí me gusta su voz, pero mis amigos insisten en que es “gangosa”. No sé, siento que no le creería a nadie más la mezcla de esperanza con ira guardada desplegada en “American Dream Plan B” (“como un tonto le apuesto a la felicidad”) o la introspectiva relajación en una canción tan suave como la soñadora “Full Grown Boy”.
“Forgotten Man” se parece demasiado a “American Girl” y tal vez sea el único punto débil del disco. Se perdona el reciclaje por momentos fuertes como “Power Drunk” y la sucia tonada blues de “Burnt out Town”, que a mi parecer es el momento más disfrutable del disco; semejante a un jam extendido en una noche de sábado en un bar de blues de Kissimmee.
¿El hilo negro? El que dice “Americana” se lo debemos a la tradición de historia oral que se manejaba desde el Siglo XIX en Estados Unidos. Tom Petty & The Heartbreakers no son un hilo, son parte de la colcha que es el género de Americana, siempre tan lleno de historias del hombre común.
Y tal vez esa universalidad es lo que más me vende Hypnotic Eye como un sólido disco.
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