MARÍA MERIOMA • Bombay Bicycle Club, Crystal Fighters y The Prodigy, entre lo más destacable del penúltimo día del festival.
FOTOS: Sandor Csudai y Matyas Szollosi
La lluvia volvió a nosotros durante la madrugada del sábado. Todo se sentía húmedo por la mañana y parecía que todos nos despertábamos con cierto espesor; nos movíamos más despacio y entre toses, dolores de garganta y resbalones en el lodo al día le costó activarse. De hecho, aunque ha sido una de las jornadas más esperadas y de que la gente enloqueció con The Prodigy, puedo decir que no ha sido el mejor día de esta edición de Sziget.
A medio día la primera parada era en el Europe Stage, donde sonaba un grupo de Barcelona que desconocía y que más me hubiese valido continuar sin saber de él. Seward es de las peores cosas que he experimentado últimamente.
Horas más tarde, ya en el escenario principal, comenzamos con Bombay Bicycle Club, que no tenía ni medio completo el lugar pero dio un muy buen concierto que, sin duda, disfrutamos todos los presentes. Desde el primer tema (“Overdone”) hasta el último (“Carry Me”), BBC logró que el día que había comenzado regular mejorara.
Como todos los días a las 7, llegó el momento de la fiesta del día, la cuenta atrás esta vez era para la Colour Party, seis toneladas de polvos de colores explotaron entre la gente que estaba en el escenario principal. Cuando el polvo fue amainando, salimos rumbo al World Village Stage con escala en el muro “Before I Die”; una pared donde quien lo deseé puede pasar a escribir un deseo o propósito para cumplir antes de morir.
A las 8 comenzó en el World Village Stage un grupo que descubrí hace unos meses y que venía esperando ver en directo desde entonces: El Juntacadáveres. Se trata de un conjunto de músicos (argentinos, belgas y un mexicano) establecidos en Bélgica que fusionan principalmente tango con hip-hop. A mí no me decepcionó en absoluto su directo; todo lo contrario, me fui feliz y sorprendida. El público respondió excelente bailando, aplaudiendo y saltando cuando ellos lo pedían.
Cinco minutos después, el turno en el escenario principal era para The Prodigy y parecía que toda la gente de la isla en ese momento deseaba estar ahí. Era imposible verlos, y escucharlos cada vez más complicado, además de intrigante ver que la gente “quería estar ahí”… estar, no más. La atención al escenario iba disminuyendo conforme te alejabas de este pero todos estaban girados hacia él. No ha pasado lo mismo con otros conciertos que tienen la misma cantidad de gente pero el público en verdad está deseando ver y escuchar.
La media noche llegó en el A38 con Crystal Fighters. Después de la locura que había sido intentar escuchar a The Prodigy, era increíble ver cómo la gente se agolpaba en la entrada de la carpa donde iban a tocar los vasco-británicos. El personal de seguridad ordenaba a la gente con voces cada vez más severas que no empujase, pero era imposible: público y periodistas entramos a presión. Al final vimos una buena actuación compuesta de 13 canciones pero se quedó ahí, nada muy destacable de esta.
Dato del día:
Los szitizens tenemos distintas opciones de alojamiento dentro de la isla. En principio está la zona de camping general que es, casi, cualquier rincón disponible donde se pueda instalar una tienda de campaña. Luego se encuentran la zona Alternativ(A) –camping italiano–, Apperò –camping francés–, el VIP y una especie de hotel. Ayer me fui a investigar los distintos campings disponibles para saber cuáles son las diferencias entre unos y otros.
La zona Alternativ(A) decidieron crearla al darse cuenta de la cantidad de italianos que llegan cada año al festival. Es un lugar cerrado que da al Europe Stage con duchas, baños, carga de móviles, Wi-Fi y guarda equipaje para 1,200 asistentes. Lo curioso es que el italiano no es la lengua más hablada en ese lugar ni su bandera la que más ondea; la mayoría de sus habitantes son holandeses.
No pasa lo mismo con el Apperò, cuya entrada da al World Village Stage y a un puesto de comida típica francesa. En la entrada saludan en francés y las traducciones del húngaro están en ese idioma también. Sus características son las mismas que en el italiano aunque es un poco más grande y lo ocupan alrededor de 1,700 personas. El VIP tiene, además de las ventajas de las duchas, Wi-Fi, carga de teléfonos, dos zonas de comida, una piscina, una carpa con 7 ordenadores conectados a internet y la ventaja de estar bastante céntrico y cerca del Main Stage. En este se puede elegir entre varias opciones para alojarse: tienda de campaña propia o preinstalada, casita de madera o caravana, puestas por el festival.
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