LIDIA LEIVA
A pesar de la frialdad del público alemán, la cantante emocionó a los asistentes.
Even if I am in love with you, all this to say, what’s it to you… “Marlene in the Wall” (1985)
Con su guitarra en mano comenzó Suzanne Vega su íntimo concierto en la sala Freiheiz, de la capital bávara. Esto dentro de la gira dedicada a la presentación de su último trabajo que salió a la luz hace unos días, Tales From The Realm of The Queen of Pentacles.
La sala Freiheiz es una de las más emblemáticas de Múnich; está dedicada a varios fines culturales y tiene un gran surtido dentro de su extensa programación. Sin embargo, no es lo suficientemente grande para albergar a muchos asistentes.
La calidad del sonido en la sala es incuestionable; sin embargo, el ambiente que se respiraba dentro era un tanto desolador, elemento que se intentó disimular –aunque infructuosamente– con luces cálidas para crear un clima acogedor.
La cantante estadounidense volvió a demostrar su elegancia y madurez sobre los escenarios. Su dulce y delicada voz cautivó al público, por lo que fue inevitable no emocionarse con más de una canción.
Su último trabajo fue el protagonista durante todo el concierto. Canciones como “Fools Complaint”, “I Never Wear White” o “Don’t Uncork what You Can’t Contain” fueron los ingredientes esenciales para transmitir fuerza y dinamismo a un público que dejó qué desear en muchos momentos por su falta de participación y motivación.
No obstante, Suzanne supo muy bien como cargar de magia el ambiente, y con sus ocurrentes intervenciones entre canción y canción, nos dibujó más de una sonrisa.
Por supuesto, no faltaron sus principales hits: “Luka” (1987), “Tom’s Diner” (1996) o “Gypsy” (1986), con los que nos mantuvo atónitos en la segunda parte del concierto. Y casi al cierre, nos fascinó con un cover a “Walk on the Wild Side”, de Lou Reed.
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