ESTEBAN CISNEROS
Si hay tanta música linda, ¿por qué conformarse con cualquier cosa? Si el mundo ofrece frutos no habría que ir a comer piedras. Pero yo qué voy a saber de eso.
Desayuno Continental, por ejemplo, es un grupo que bien debería estar en todas las bocinas del mundo (al menos del de habla hispana). Escriben unas letras tremendas, unos estribillos que se quedan en la cabeza y uno solo quiere poner Todas las mentiras que querías escuchar (Independiente, 2017), su disco debut, una y otra vez.
Surgido en Montevideo en 2015, Desayuno Continental es –¡sí!– vasto, nutritivo, sabroso y funciona en cualquier caso (y, como dicen ellos mismos, ¡ni siquiera tienes que lavar los platos al final!)
Sus canciones están en ese fantástico punto de tensión entre la sorna distanciada harta-del-mundo-imbécil y la vulnerabilidad al tope de somos-humanos-y-necesitamos-amor. Una belleza, si quieren mi opinión.
Santiago Pepe, Inti Picciolo, Laura Uriarte, Juan Diego Young, Matías Brum y Nicasi Barrere vienen de una tradición del pop independiente muy clara: la de los chicos que se sienten forasteros de su ciudad, islas en océanos hostiles, y encuentran sentido en las guitarras y los tambores.
Los antichupamedias, los anticaretas. Los que leen libros (que luego pierden), los que escriben letras de canciones en la parte de atrás de sus cuadernos de escuela, los que marean a los guachos con labia, los que tienen y giran discos de Jonathan Richman y Guided By Voices hasta que, un día así como así, están en un grupo fabuloso que ya grabó un disco fabuloso.
Todas las mentiras que querías escuchar es una gozada con guitarras, teclados, tambores y la voz de quien ha ido y venido pero sigue sin encontrar algo definitivo. Pueden pasar del humor a veces descarado y lelo (“Braian Skywalker” o “El hijo de E.T.”) a las canciones sencillas y con las que cualquera puede identificarse (“El Mago”, “Comprar cigarros”, “Un millón de problemas”) con tiempo para desplantes de brillantez y hasta un poco de altivez (“Ustedes”, “Todas las mentiras que querías escuchar”, “Carisma y actitud”).
De pronto te encuentras con que no puedes dejar de cantar ese coro, que ya te has aprendido la letra o que quieres darle play de nuevo. Como casi sin querer, estos uruguayos van a conquistar el mundo un par de oídos a la vez. Ojalá.
Como hacen los grupos hoy, Desayuno Continental recurrió al fondeo colectivo para lanzar su disco. Fue producido por el mismo grupo con Orlando Fernández. Porque el pop de guitarras hoy es prácticamente artesanía.
Y bien debería estar en todas las bocinas del mundo (al menos del de habla hispana). Porque si hay tanta música linda, esta música por ejemplo, por qué conformarse con cualquier cosa. Si el mundo ofrece frutos no habría que ir a comer piedras. Pero yo qué voy a saber de eso…