ALEX CASTRO
Juan Cirerol acaba de lanzar su quinto disco, y primero con una trasnacional. Todo Fine, como suele decir él, y no habría razón para no estar bien y de buenas.
Hace dos años que el de Mexicali anunció, luego de varios discos editados con sellos independientes, que firmaba un contrato con Universal Music. Aunque luego pasó el tiempo y no sucedía nada. Incluso editó otro disco por su cuenta, Cachanilla y Flor De Azar . Él asegura que le dieron chance de sacar ese otro disco, que fue un capricho que le cumplieron.
Pero ahora el tema es Todo Fine. Y después de escucharlo, mi primera inquietud tiene que ver con la energía que suele proyectar Cirerol en directo; una fuerza que se extraña a la hora de escuchar sus discos, porque hasta la fecha no ha podido trasladarla (pocos pueden hacerlo). Se lo comento y él argumenta que hasta la fecha sigue aprendiendo a grabar. Bien bajado ese balón.
De pronto nos interrumpe un sonido ya característico de las calles de México DF, y según me cuenta él, de otras como Mexicali. El famoso sonsonete de “Se compraan… estufas… lavadoras… o algo de fierro viejo que vendaaan…” Le comento que detesto esa grabación y él, que no es un amargado como yo, se ríe y dice que a él le musicaliza el día. “Es muy genérico de los días en México… emblemático. México tiene unos emblemas muy extraños, pero son muy interesantes cuando logras perfilar tu energía hacia ellos”.
Después de la distracción, retomo lo de esta grabación, que fue producida por MarcMonster y Toy Selectah. Le pregunto quien los escogió y me dice que él mismo… No le creo, ¿pero qué importa? Mejor le pido que me diga por qué ellos y qué fue lo que le aportaron al disco.
Todo Fine tiene una particularidad: suena muy parecido a todos los discos de Juan Cirerol, porque a nivel composición e interpretación no hay ni un mínimo cambio. Pero a nivel técnico sí se utilizaron otras herramientas para su registro, y de alguna manera también se nota. Él ha dicho que es un disco raro, y estoy de acuerdo. De lo que estoy seguro es de que ya se perdió el factor sorpresa.
No quiero desaprovechar la oportunidad de preguntarle por qué se estuvo comunicando con sus seguidores de las redes sociales de una manera tan confusa en los últimos meses. Le digo que mi teoría es que todo se debe a la fiesta. Él sonríe y además de contestar me empieza a contar, casi sin que se lo pida, lo que significa para él la fama…
Habiendo averiguado lo que quería del disco, tengo tiempo para asuntos menos importantes, como por ejemplo, las mentadas drogas de las que habla en casi todas sus canciones.
Ya está. A partir de ahora, los discos de Juan Cirerol estarán disponibles en todas las tiendas de discos, entre los de Charlie XCX y los de Cash. Y quizá en todos los festivales, y todas las radios, o quizá no. Y no es que me importe, pero por si alguien se lo preguntaba, le lanzo una última pregunta…
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[…] Juan Cirerol llegó al Rockampeonato como pocas veces, acompañado, lo cual le dio un toque diferente al show al que nos tiene acostumbrados. Con el lugar bastante lleno, el llamado “Johnny Cash mexicano” fue encendiendo el ambiente hasta que terminó por hacer bailar a casi todos un poco en broma un tanto en serio. […]