ARTURO URIZA
Aunque NWA es un proyecto de rap al que respeto fuertemente, debo decir que Dr. Dre es, de sus miembros, probablemente al que menos le profeso fanatismo/gusto/devoción. No dudo ni quiero poner en duda la importancia de Dre, pero simplemente he relacionado muchos de sus trabajos del 2000 para acá con sonidos y formas que no me entusiasman, además de que esa relación con su protegido Marshall Mathers no me ha generado algo positivo. Ya ni hablar de su papel como empresario, ugh.
Sin embargo, sabemos que fue una parte importante del colectivo y que su disquera Death Row es un emblema del rap, así como el legendario The Chronic, un disco impecable y necesario para comprender el género. Pero ¿cómo no dudar?
Con la reciente aparición de Straight Outta Compton, la biopic sobre NWA, Dre ¿aprovechó? para lanzar este nuevo material que consiste en 16 cortes donde vemos en su máximo esplendor su trabajo como productor, explorando en especie de soundtrack/homenaje al trabajo de NWA pero traído a estos días y con gente bastante en boga como, por supuesto, Kendrick Lamar quien aparece en tres de la canciones del disco. Por supuesto, no pueden faltar los sospechosos comunes, Ice Cube y por supuesto Eminem.
Pero hablemos del sonido. Dónde está Dr. Dre en cuanto a forma. Hay cosas bastante potentes en este tercer y supuestamente último material: líricas y cadencias clásicas del gangsta rap que le han caracterizado, pero también hay estas voces ultra melódicas repentinas que se podrían ladear hacía el neo-soul (que tan de moda está) o que bien pueden ser fácilmente criticadas por estar tratadas con el infame auto-tune.
La cuestión es que … es un álbum que suena nuevo, contemporáneo y acorde a lo que el rap comercial está logrando. No considero que sea para nada un material revelador o de alguna forma innovador, pero creo que tampoco es lo que esperábamos, al contrario: queríamos ver qué era lo que estaba trabajando Dre durante tanto tiempo, ya que parece que la producción del álbum llevaba más de cinco años.
¿Cuál es la conclusión? Si usted es fanático de Dre, este álbum no lo va a decepcionar (a menos que odie a Kendrick). Si no es seguidor de Dre, pero no tiene problema con él, el álbum le parecerá aceptable, no más, no grandioso, sólo bien a secas. Y si usted es de esos rockeros que siguen clavados con que AC/DC es lo mejor que le pasó a la música, mejor váyase de aquí.
Yo por mi parte sólo quiero ver estas rolas ya montadas en secuencias de la biopic de NWA, porque tal vez eso le de un poco más de sentido a todo.
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