La entrada segura del grupo a elogios que antes le fueron negados.
RÁBANO
Heather Emmett, ingeniero de sonido inglés y escritor, hace el primer estudio del uso de sonido y música en las películas de Dario Argento en su ensayo Sounds to Die For: Speaking the Language of Horror Film Sound.
Por su parte, el canadiense Taylor Kirk, voz y persona al frente de Timber Timbre (quien antes de ser músico fue cineasta) le toma notas con un ojo cerrado a Dario Argento en este, su último disco donde las texturas y el ruido se desenvuelven como nerviosos desplantes de suspenso e introspección sobre cada pieza como si fueran detalles únicos.
En Hot Dreams el violín de Mika Posen se ha ido y Simon Trottier se ha quedado como cómplice principal de Kirk. El registro, aún más que sus antecesores, está encantando y lleno de fantasmas: desde Goblin hasta Cash, pasando por Jean-Claude Vannier y Danny Taylor, de Silver Apples. Es interesante notar la ausencia del violín –que era característico en el sonido del grupo, principalmente en directo–; y que los espacios son más breves y no se expanden de manera cálida como antes, haciéndose mucho más tenebroso.
Y si bien el disco está lejos de ese folk a voces calladas que Kirk profetizaba como hombre orquesta, algo que no cambió y que es sin duda la constancia del grupo, es la labia de Kirk que sólo puede extender en las cadencias con las cuales comulga desde sus primeros atinos: aquel debut homónimo y su continuación un año después iban escalando en detalles comunes: la fuerza con la que el aire sale de la boca de Kirk se desvela entre la violencia y la belleza.
La calma y el romance se escurren de manera brutal por todo el cancionero de Timber Timbre, uno que crece fuerte y robusto y que en este disco es tan áspero como un ladrillo: terco en naturaleza (“Hot Dreams”) y muy sigiloso (“The Three Sisters”).
Es difícil para mí comprender cómo alguien que no conozca la discográfica completa del grupo canadiense tome Hot Dreams: el contexto de una obra es algo que a pocos les interesa, pero Timber Timbre han sabido jugar sus cartas de manera sugerente: la evolución de su sonido responde a la constancia de la cabeza ligera y el alma pesada que Kirk se carga.
A través de tres largos y dos EP, el cantautor se ha sabido hacer de cómplices que han comprendido y expandido las ideas que él ha trazado en una personalidad que responde al nombre de Timber Timbre, y donde Hot Dreams es, sin duda, su entrada segura a elogios mayores que quizá antes le fueron negados.
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