Se acabaron el amor y la felicidad de la playa.
DANNA CAMPOS
“Toda la música es un mantra. La música pop es como el mantra de la gente, y su singularidad es la que la mantiene firme”. – John Lennon
Es cierto que en algún momento de su carrera muchas bandas optan por la fórmula de la repetición (mantra) para llevar su obra a lo que la industria considera como “éxito” (eufemismo que utilizaré para hablar de cuando una banda se vuelve comercial). ¿Pero qué pasa cuando una banda emprende la búsqueda de su propio sonido, distanciándose de aquello que la llevó a ser popular?
Es el caso de la banda originaria de Brooklyn, cuya esencia, a juzgar por sus primeros dos materiales –The Drums (2010) y Portamento (2011)–, se creía que era ingenua y boyante. Este año, la banda regresa con solo dos integrantes y con un nuevo álbum que, aunque seguramente no estará en los conteos de lo mejor del año, sí romperá la etiqueta del niño crédulo y tonto que crece (en este caso, musicalmente), para sacar su lado oscuro, como comenta el propio Jonny Pierce: Lo que quisimos fue ser muy honestos esta vez, incluso si eso significa incomodar a las personas. Dejamos la playa por terrenos más altos, siempre buscando esperanza.
Así que Encyclopedia (Minor Records, 2014) es el nombre de aquello que Jonathan Pierce, vocalista de The Drums, llama “buscar esperanza”. Y es que, este disco es la prueba de fuego no sólo para sus integrantes y para la crítica, sino para quienes comenzaron a seguirlos desde sus felices inicios, con aquel sonido característico de la Costa Oeste, aunque ellos se hayan formado en el lado opuesto del país.
Ya no habrá más otro eterno himno de verano como “Let’s Go Surfing” ni sus tintes crédulos que oscilaban entre dream-pop y surf-rock. Jonathan y Jacob vienen decididos a darle pie a lo triste y lúgubre pero hermoso que puede llegar a ser el post punk. Y lo hacen notar en canciones como “Face of God”, el track a considerar como el más destacable de esta producción, y muy probablemente la pieza clave que definirá al nuevo sonido de los neoyorquinos.
Se acabaron el amor y la felicidad de la playa para darle paso a algo tan nuevo y sombrío que, aunque todavía no logra tener forma por completo, busca su molde en este nuevo LP, el cual ofrece distorsiones sonoras, desamor, y alguna que otra reminiscencia de lo que, tontamente, creímos que era The Drums.
Destacan: “Magic Mountain”, “I Can’t Pretend”, “Face Of God”, “Deep In My Heart” y “There is Nothing Left”.
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