SAMUEL VALDÉS • el disco más digerible que ha hecho Billy Corgan en su carrera.
Dos cosas:
– Con excepción de la batería, el 95 por ciento de la música que escuchabas de la “era dorada” de Smashing Pumpkins era labor de Billy Corgan, así que como Trent Reznor, esto casi siempre ha sido el ejército de un hombre.
– Hay dos tipos de fanáticos de Smashing Pumpkins: los que siempre adoran un disco y despotrican contra todo lo que hace distinto a ese disco (todo) y los que tienen el oído siempre abierto para lo más nuevo que Monseñor Corgan crea.
Hasta antes de Monuments to an Elegy, yo era el fan que le veía lo bueno a cada disco nuevo. Zeitgeist me costó trabajo, pero eventualmente “lo entendí”. Tengo un amor estúpido por lo que hace Billy Corgan, pero las nueve canciones de este disco son una prueba difícil a ese cariño.
Y el problema no reside en el cambio de sonido, que apunta a ser el disco más digerible que ha hecho Billy Corgan en su carrera. El asunto reside en que es un disco bueno pero le falta ese “extra” que se llega a notar en canciones particularmente buenas como “Tiberius”, con su sonido fuerte, “Anaise!”, con esa sensación de pop progresivo y “Monuments”, la pieza que recupera los sonidos electrónicos que había abordado en su disco solista TheFutureEmbrace.
Otras canciones no funcionan tanto. “Being Beige” le tira a un sonido tipo Bastille y “Run2me” revisita la canción “Pinwheels” del Oceania, pero quitándole la sazón. Subrayo que musicalmente no son malas canciones, pero el valor agregado que usualmente hay en una canción de Billy Corgan está diluido tanto en estos ejemplos que se pierde la esencia.
Tal vez cuando salga la última parte de este proyecto el rompecabezas se arme…
¿Mala música? No, para nada. ¿Smashing Pumpkins? Tampoco. ¿De cocido lento? Tal vez. “One and All” no la tragué cuando la escuché por primera vez, pero al editar este texto, le encontré forma y fondo y me encariñé.
Ha sido extraño este proyecto de Teargarden by Kaleidyscope. 44 canciones, algunas gratuitas, algunas no. Un sonido que ha cambiado en los ya seis años del proyecto y aunque ha habido momentos acertados, como Oceania, Monuments to an Elegy no llena por completo.
Tal vez cuando salga la última parte de este proyecto con Night for Day en 2015 el rompecabezas se arme y los tonos más callados de la pintura completa tengan más sentido al ver el cuadro completo.
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