ESTEBAN CISNEROS
Los héroes existen. Parece que no, porque los villanos siempre tienen una sombra muy larga y sus victorias tienen eco, pero, ¿a que nunca tanto más que una gran canción? Frank Secich (Pennsylvania, 1951) es la muestra de ello: nuestro héroe es, como los buenos, un superviviente. Un apasionado. Un cabrón que se ha levantado una y diez veces, un terco, un esteta.
Uno de esos especímenes que nos regaló el siglo pasado, el de la electricidad y las guitarras de doce cuerdas, que tal vez jugó un (genial) papel secundario en la Historia Pop Canónica, pero que hoy pasa a primer plano porque necesitamos asombrarnos más que nunca.
A inicios de los 70, Secich tocó el bajo con Blue Ash, banda de justificado culto y parte fundamental del panteón del power pop. Más tarde, fue secuaz de Stiv Bators y fue parte de The Dead Boys y Club Wow. Cualquiera podría haber acabado su carrera ahí y haber presumido de un currículum precioso. Pero no: ya en este siglo formó The Deadbeat Poets, supergrupo que no para de hacer canciones. Música impecable.
El sello español You Are The Cosmos recién lanzó una recopilación con lo mejor de diez años de carrera de Deadbeat Poets, El Camino Real 101. Como si no fuese suficiente, lanzó hace poco el increíble acoplado Hearts and Arrows, de Blue Ash. Dos álbumes de lujo que recuerdan la relevancia de la música estridente pero melódica, cojonuda y combativa, como antídoto contra la indolencia, el cinismo y la estulticia.
Este fue el pretexto para conversar con Frank Secich, leyenda. Prestad oídos, que nuestro héroe (que rememora años con la facilidad de un historiador y conoce el rock and roll a un nivel enciclopédico) no ha terminado su andar. Con ustedes, un maldito crack:
¿Cómo fueron los tiempos de Blue Ash? Hoy es una banda legendaria, pero ¿cómo se vivió entonces?
Lo pasamos genial. En los primeros cinco años, de 1969 a 1974, tocamos 275 o 300 veces al año. Tocamos en todos lados en Ohio, New York, Pennsylvania y West Virginia. Tocamos en high schools, universidades, bailes juveniles, cafeterías, abrimos conciertos grandes para actos de renombre; tú di un lugar, ahí tocamos.
Nos curtimos por tocar tanto y escribimos toneladas de material original. Nos mantuvimos por años de tocar en vivo. Comenzamos a grabar nuestras primeras demos en Youngstown en Peppermint Productions en junio de 1972. Gary Rhamy, de Peppermint, mandó las grabaciones a las disqueras grandes y, para sorpresa nuestra, hubo cuatro interesadas. Paul Nelson (el legendario escritor de rock y A&R) nos firmó para Mercury Records.
Esos años fueron los mejores para Blue Ash. Nuestro primer LP, No More, No Less, fue lanzado en mayo de 1973. Giramos por Estados Unidos y Canadá. Obtuvimos grandes críticas en la prensa de rock, nos tocaban en la radio y lo pasamos en grande. Desafortunadamente no tuvimos un gran hit ni vendimos los discos suficientes y en junio de 1974 nos dejaron ir, a pesar de las protestas de Paul Nelson y su staff. Pero seguimos tocando y haciendo demos y en 1975-76 casi firmamos con Columbia, RCA y Nemperor, pero algo siempre pasaba de último momento y el trato se caía.
Es un negocio duro, pero finalmente firmamos con Playboy Records en 1977 y sacamos nuestro segundo LP, distribuido por CBS, Front Page News. El sencillo “Look At You Now” fue un hit regional en el Sur y el disco estaba vendiendo bien cuando Playboy Records quebró y Blue Ash quedó de nuevo a la intemperie. Ese fue el final de nuestra banda, que había permanecido junta por diez años. Siempre parecimos estar en el lugar adecuado pero en el tiempo incorrecto. Pero no me arrepiento. Amé cada minuto con Blue Ash. Fue una banda muy especial y Jim Kendzor y yo estuvimos en ella de principio a fin.
¿Qué sucedió luego? Fuiste el par creativo de Stiv Bators y tocaste en The Dead Boys y Club Wow…
Cuando Blue Ash se acabó a finales de 1978, comencé a escribir canciones con Stiv Bators. Grabamos algunas demos en noviembre de ese año en Cleveland con Johnny Blitz en la batería, Jimmy Zero en la guitarra y yo en el bajo, con Stiv. Él llevó la grabación a Los Ángeles y la tocó para Greg Shaw de Bomp! Records. A Greg le encantó y nos ofreció un contrato. De 1979 a 1981 toqué en todos los discos solistas de Stiv en Bomp! –“It’s Cold Outside”, “Not That Way Anymore”, “I Had Too Much To Dream (Last Night)”– y en el LP Disconnected.
Al mismo tiempo, también me iba constantemente de gira con The Dead Boys. Fueron tiempos ocupados y divertidos. En enero de 1982, Jimmy Zero de los Dead Boys me propuso unirme a su nuevo grupo, Club Wow, de Cleveland, con Billy Sullivan y Jeff West. Todos eran músicos y cantantes geniales así que disfruté muchísimo estar en la banda.
Estuvimos juntos de 1982 a 1985 y tratamos con ganas de conseguir un contrato en una major, pero no sucedió. Hicimos un montón de demos de alta calidad y algunos videos; lo bueno es que, después de todos estos años, Zero Hour Records de Australia sacó un CD/DVD de Club Wow, Nowhere Fast. Sigo siendo buen amigo de todos en Club Wow. ¡En los últimos años, Billy Sullivan ha sido el guitarrista de los Herman’s Hermits con Peter Noone!
Volvamos atrás… ¿Cómo comenzó tu pasión por la música? ¿Cómo era tu vida familiar? ¿Cómo influyó en ti?
Compré mi primer disco, “Marie’s The Name (His Latest Flame)” de Elvis en 1961. Hasta entonces no me había interesado en la música. Cuando los Beatles tocaron en el show de Ed Sullivan el 9 de febrero de 1964, me enganché. Me obsesioné con la música, empecé a coleccionar discos y escuchaba todas esas grandes estaciones de radio como WHOT (con el legendario Boots Bell), WIXY y WKYC de Cleveland y CKLW de Winsor, Ontario, en Canadá.
Comencé primero a tocar la armónica, ya que muchas de las canciones tempranas de los Beatles la empleaban. Mi madre, Dolly, me compró mi primera guitarra (una Harmony Monterrey) en 1965. Siempre me apoyó mucho con mi música. Comencé mi primera banda, The Electrons, ese mismo año y así escribí mis primeras canciones. The Electrons mutaron a The City Jail en 1966 con Jim Kendzor y Jeff Rozniata. Fue el embrión de Blue Ash.
¿Cómo ves la escena rock and roll hoy?
Hay muchos buenos discos grabándose alrededor del mundo, pero el público masivo no lo sabe. Hay que buscar en la internet. Hay escenas y artistas cool en España, Canadá, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y Japón. No es como en los 60 y 70 cuando los bailes juveniles y la música en vivo estaban en todos lados y las bandas jóvenes y prometedoras podían trabajar duro, llegar a la cima y aprender su oficio.
Las grandes disqueras hoy son un chiste y los grupos están mejor sin ellas. Con todo, la escena actual tiene puntos fuertes. Hacer grabaciones de calidad hoy es mucho más fácil y barato con Pro Tools y todo el equipo moderno. También es más fácil para una banda novel encontrar un público (aunque será más pequeño) mediante internet, con Facebook y YouTube. Hay muchos sellos independientes como Pop Detective Records (que tienen a Deadbeat Poets) y algunos otros que ubico y me gustan: Wicked Cool Records, You Are The Cosmos y KOTJ en España, Easy Action en el Reino Unido, Bomp! y Alive Records en la costa oeste…
Volvamos al presente. ¿Cómo comenzaron los Deadbeat Poets?
Tras la muerte de Greg Shaw de Bomp! en octubre de 2004, Suzy Shaw me contactó para juntar un puñado de músicos de Ohio para grabar una canción tributo en un disco que iba a sacar, He Put The Bomp! La idea era versionar las canciones favoritas de Greg. Elegí “Him Or Me (What’s It Gonna Be?)” de Paul Revere and the Raiders. Así que en marzo de 2005 recluté a Pete Drivere y John Koury de The Infidels para que tocaran guitarra y bajo, respectivamente, y a Bill “Cupid” Bartolin de Blue Ash para otra guitarra; yo toqué el bajo y grabamos.
Después pedí a Jimmy Zero de The Dead Boys, a Billy Sullivan de Club Wow (¡y de la versión revival de The Raspberries!), a Dave Swanson de Rainy Day Saints y a George Cabaniss y David Quinton Steinberg que cantaran. Cada uno, incluyéndome, cantó una línea y Billy y Jimmy hicieron coros. La gran fotógrafa de rock Theresa Kereakes vino desde Nashville a capturarlo todo.
¡Salió fantástico! Me encantó cómo sonábamos y pensé que si alguna vez grabase alguna de mis canciones nuevas, estos son los tipos con los que me gustaría hacerlo. También pensé que si comenzase una nueva banda me gustaría contar con mi viejo amigo Terry Hartman, un gran compositor de Cleveland. Así que se los planteé y los Deadbeat Poets se formaron como por accidente en 2006. Comenzamos a grabar demos y se los envié a Patrick Bouiselle, de Alive Records, y le encantaron, pero dijo que no eran el tipo de cosas que les interesaban en el sello.
Me contactó con Vivid Sounds de Japón y les envié las grabaciones; doce horas después nos ofrecieron un contrato. Al mismo tiempo, firmamos con Mark Hershberger en su nuevo sello Detective Records. Nuestro primer álbum, Notes from the Underground, fue lanzado en Estados Unidos y en Japón y ya estábamos en esto de nuevo. Deadbeat Poets han permanecido juntos ya por diez años con sólo un cambio: John Hlumyk se unió cuando Terry Hartman se fue. Hemos grabado ya ocho álbumes y girado por Europa tres veces. ¡Tocar con este grupo es lo mejor!
¿Qué sigue para los Deadbeat Poets?
Vamos a lanzar un nuevo LP en 2017, ya tenemos grabada la mitad. Esperamos volver a España y tal vez tocar en el Reino Unido, Alemania, Suecia y Francia. Tengo muchas fechas para shows acústicos y para promover y firmar mi libro Circumstancial Evidence por todo Estados Unidos y Canadá. Blue Ash va a tener algunas fechas también, ojalá que eso incluya Europa.
¿Qué música escuchas en estos días?
Me encantan los Go Wows y el material nuevo de mi amigo Eddy Best, Room Full of Strangers, Palmyra Delran, New York Junk, Stupidity, The Cynz, The dB’s, Cheetah Chrome, The Smoggers, Dahlmanns, Jellybricks, Nikki Corvette, Screamin’ Targets, Phil Schoenfelt, Bang 74, The Moonstones, Hula Baby, Laurie Biagini, Titty Twister, Roger Lewis, Lannie Flowers, Brian James y un gran cantante de folk nuevo, de Pittsburgh, Zack Keim.
Es una pregunta que, disculpa, no me canso de hacer: ¿podrías nombrar diez discos que te cambiaron la vida?
Elvis Presley, “Marie’s The Name (His Latest Flame)” (1961)
The Tornadoes, “Telstar” (1962)
The Beatles, “I Want To Hold Your Hand” (1964)
The Rolling Stones, “The Last Time” (1965)
The Byrds, “Mr. Tambourine Man” (1965)
Bob Dylan, Highway 61 Revisited (1965)
The Beatles, Rubber Soul, versión norteamericana (1965)
The Who, Sings My Generation (1966)
The Beatles, “Penny Lane/Strawberry Fields Forever” (1967)
The Rolling Stones, Between the Buttons (1967)
En otras cuestiones, ¿cómo se ve México desde allá en estos tiempos tan locos?
¡Amo México! He estado allí dos veces y lo he pasado en grande, pero hace mucho que no regreso. Creo que debería haber un camino para la ciudadanía norteamericana para los inmigrantes ilegales que están aquí y que no son criminales. Todos mis abuelos vinieron del Imperio Austrohúngaro a principios del siglo XX y creo en la migración, creo en ella para los mexicanos viendo cómo les arrebatamos California y parte del Suroeste como parte de aquella guerra de 1846-48. Incluso Abraham Lincoln, siendo congresista, protestó contra esa guerra tildándola de “innecesaria e inconstitucional.”
Para cerrar, ¿qué recomendarías a las bandas emergentes hoy, en una época en la que el rock and roll ya no es tan predominante?
Sean salvajes. ¡Alóquense y rebélense contra la autoridad! ¡Sean estrepitosos! Escriban buenas canciones y grábenlas. Encuentren un público mediante internet y pásenlo bien. Toquen en vivo cuantas veces puedan… ¡y versionen a Blue Ash y a los Deadbeat Poets!
C/S.