@dannacampos
No voy a mentir, la primera vez que escuché a Beach Slang sentí que estaba escuchando a Japandroids. Pero conforme me metí más en sus materiales disponibles (dos discos de 7’’ y su ultima producción, The Things We Do To Find People Who Feel Like Us) me encontré con que esta banda de Filadelfia es mucho más completa por su producción y por lo que representa su distintivo estilo de power-punk en una generación que ya se olvidó de ese estilo.
Me referiré de nuevo a Japandroids, porque me parece que la banda canadiense fue (en apariencia) el último gran suspiro del power-punk, un género que siempre se distinguió por estar en el limbo entre el pop-punk, el shoegaze y los apenas visibles tintes de las estructuras clásicas del rock.
Mientras bandas como Japandroids se desvanecieron, James Alex, un hombre de 41 años, dejaba de ser parte de su primera banda, Weston, para formar el conjunto revival del power-punk: Beach Slang. Así, Alex pudo probarse a sí mismo (y a los demás) que a veces las cosas buenas llegan tarde, pero jamás a destiempo, pues tras estar de gira durante 20 años con Weston, la música de Alex no fue relevante sino hasta la formación de Beach Slang.
Ahora, después de materiales como Who Would Ever Want Anything So Broken? y Cheap Thrills on a Dead End Street, la banda originaria de ese lugar tan inhóspito (de no ser por su industrialización capitalista y su escena musical) se posiciona bajo el reflector de la crítica musical.
Esto último, bajo el estandarte de revivir un género casi muerto y ampliamente juzgado, con música que parece una oda a las bandas que influenciaron a Alex para crear un nuevo estilo, en el que se encuentran rastros de The Replacements, Bruce Springsteen, The Jesus and Mary Chain y Swervedriver en un solo disco: The Things We Do To Find People Who Feel Like Us.
Canciones recomendadas: “Bad Art & Weirdo Ideas”, “Punks In A Disco Bar”, “Dirty Cigarettes” y “Throwaways”.
Beach Slang es una de las bandas que se presentarán este mes en el festival Rock en Seine, de París.