ESTEBAN CISNEROS
FOTO: RAFAELLA CORTÉS
“Creo que a nivel mundial está renaciendo el rock”. Así de seguro se muestra Rodrigo (alias Mixo), guitarrista de Cascabel, grupo de garaje y psicodelia de la ciudad de México. Y parte de ese movimiento son, en definitiva, grupos que han surgido en los últimos diez años y que ven el pasado para abordar el presente, no sólo para calcar y homenajear. Cascabel es uno de ellos.
El nombre refiere a muchas cosas en su mitología de grupo. “Por un lado, el cascabel de la víbora; en nuestra música hay muchos shakers que emulan su sonido”, nos dice Mixo. “Y aunque es en español, se puede pronunciar en inglés. Además nos recuerda a un son jarocho que se llama “El Cascabel” y nos lleva a una onda desértica, camino que toma nuestra música”.
Este sonido, tal vez epitomizado por grupos como Allah-Las y King Gizzard, cala mucho en los públicos que hoy buscan sonidos alejados del mainstream. Y entre los grupos independientes, claro, que ven esa música como una base para expandirse en lo sónico: “Nosotros podemos experimentar con nuestra música, jugar mucho a buscar sonidos. Es lo más padre de ser un proyecto independiente en México: que no te ves dirigido por una disquera o un productor, no seguimos una fórmula para que la música pegue”.
Cascabel surgió de la reunión de músicos de varias bandas y de una manera atípica, alrevesada. “Empezamos haciendo un disco”, nos cuenta Rodrigo, “y una vez que estaba el disco empezamos a tocar en vivo, hicimos lo contrario que casi todas las bandas”. El álbum en cuestión, Far Out, Man! (2015), surgió a partir de maquetas de Ian, que fueron trabajadas por varios músicos hasta consolidar el grupo.
“Yo soy productor”, continúa Rodrigo, “y entonces Ian me pidió que le ayudara a producir. Me mandó las maquetas y empezamos a grabar con colaboraciones de otros artistas. Cuando terminó la grabación, se formó la banda: Ian en la voz y guitarra, Puy en la batería, y Mixo y Desentis repartiéndose bajo, teclado y guitarras”.
El grupo se consolidó rápido. El ansia de música era grande. “Nuestra primera tocada fue en una fiesta de Toga Records, Summer Luau Grill, en agosto de 2014. Desde entonces no hemos parado de tocar”. Y poco a poco han ido colándose en carteles importantes, el último en el festival Hipnosis en la Ciudad de México. Para unos obsesos de la música como los integrantes de Cascabel, es una serie importante de logros.
“Todos empezamos con la música desde bien chavitos. Desentis tenía una banda desde los 14 años, The Risin’ Sun; Puy trabajó en una disquera en Chicago; Ian cuenta la historia de que una vez le regalaron un Walkman y su mamá le regaló un cassette de Magneto, pero su papá se lo escondió ¡y se los cambió por cassettes de Led Zeppelin y Creedence!”
“Hoy día, lo tienes que hacer tú todo: somos músicos, managers, diseñadores, ingenieros…”
En 2017 llegó Cobra, segundo disco de Cascabel, ya fichados por Lollipop Records. “Ahora la composición fue diferente”, sigue Mixo. “Teníamos tres rolas desde antes, que grabamos con el celular y luego desarrollamos y maquetamos. Hubo mucha libertad de saber que podíamos hacer lo que queríamos. Grabamos en Toro Negro estudio, en Satélite. Nos metimos dos días a grabar baterías y bajos en vivo al mismo tiempo; sobre eso fuimos grabando lo demás. Las guitarras y los teclados los grabamos en casa”.
Cascabel no sólo quiere tocar y pasarlo bien, sino también consolidar una escena. “Lo difícil es competir contra la cultura mainstream que en México es muy fuerte. De repente, muy curioso, le preguntas a la gente lo que le gusta y ni sabe. Hay que trabajar y seguir haciendo las cosas para que no se muera la banda. Es una inversión muy grande de tiempo, tocar, generar escena, compartir la música. Hoy día, lo tienes que hacer tú todo: somos músicos, managers, diseñadores, ingenieros…”
Pero hay con qué trabajar. La escena en el país se ve saludable y con propuestas y trabajos interesantes. Y, según Mixo y Cascabel, la unión hace la fuerza. Ya ha trabajado, como miembro fundador de Toga Records, con muchos otros grupos. “Este es buen momento para aprovechar y tocar juntos, en lugar de competir. Cuando somos cuates y nos apoyamos entre bandas se refleja al público. Eso nos ha funcionado. Además, esto de ser aliados y colaborar hace que se consolide la escena y que la gente conozca más grupos relacionados”.
Cascabel sigue y seguirá a lo suyo. El plan es seguir y alcanzar lo grande. Hay planes de más giras, más discos, tal vez algún soundtrack. “Está renaciendo el rock”, dicen. Y no quieren perderse ni un momento de ello.
C/S.