MOISÉS GARCÍA M.
Los retrovisores son artefactos que permiten mirar hacia atrás mientras mantienes la vista al frente y continuas avanzando; algo similar a lo que este grupo barcelonés viene haciendo desde hace poco más de seis años.
A pesar de su devoción por los sonidos emanados de esos viejos surcos de vinilo (léase soul, R&B y garage beat, entre otros apelativos musicales) prensados medio siglo atrás, Los Retrovisores dejan claro que lo suyo no es la nostalgia.
Respaldados por una larga tradición de músicos ibéricos enamorados de la música soul, esta pandilla de chicos con jerseys a rayas, pantalones ajustados y botines de tacón cubano retoman el sonido de viejas agrupaciones como Los Canarios, Los Salvajes o los mismísimos Los Bravos.
A finales de 2016 lanzaron su último disco, Sonido Joanic; una suerte de mezcla explosiva que integra el espíritu del Northern Soul, guitarras llenas de fuzz, letras punzantes y un toque de sitara. Todo agitado con fuerza, finamente mezclado y producido por los oídos expertos de Mike Mariconda.
Diez temas para no parar de bailar, en un recorrido que incluye tremendos subidones como “Solo pienso en bailar” (una atinada versión en español del clásico “I Need A Helping Hand”, de The Servicemen), apasionados midtempos (“Trovador”, todo un tributo a Motown Records y a las baladas rompecorazones con sello made in Detroit) y una suerte de eslabón perdido entre el beat, la psicodelia y el blue eyed Soul (“Pan de ayer”).
Los Retrovisores no quieren ir hacia atrás. Hace seis años declaraban con fuerza que la nostalgia ya no es lo que era; y es que esta bandota (¡de nueve integrantes!) solo mira hacia atrás para seguir avanzando, para tomar lo mejor y continuar en el camino bailando y cantando.