JOSÉ A. RUEDA
Para hacer pop electrónico no hay que mirar insistentemente a los años ochenta. Parecía difícil, pero Fira Fem lo han hecho posible. La banda madrileña toma el mismo ideario retrofuturista de los pioneros del synth-pop, pero derriba de una patada la parte “retro” del concepto, rindiendo así pleitesía a las innovaciones musicales del siglo 21.
De este modo, indagando en el sonido alemán de la última década (principalmente el promovido por Kompakt Records, desde Colonia), Fira Fem han elaborado Vida Nueva. Sin lugar a dudas uno de los discos más excitantes de 2016.
El tercer álbum de Fira Fem supone el primero publicado por Subterfuge, a la vez que inicia una nueva vida musical de la banda tras haberse sumergido de lleno en el profundo mar de la electrónica.
Antes, en aquellos dos discos publicados por Aloud Music en 2012 y 2013, los de Madrid miraban de reojo al OK Computer de Radiohead, buscaban la fertilidad rítmica de Tortoise y rememoraban la primera hornada de rock cinéfilo español (Manta Ray, Migala).
Olvidado el post-rock de largos pasajes instrumentales, Fira Fem han extirpado la sección rítmica tradicional para suplirla con bases electrónicas de primer nivel, elevándose a la altura tanto del mejor pop digital de Centro Europa como de los momentos más brillantes de Prefuse 73 o Caribou.
De la nueva generación independiente del Estado español se emparentarían con El Último Vecino, si no fuera porque Fira Fem caminan de la electrónica al pop y no al revés. Por ello, lo suyo se asemeja más al esplendor sónico de Delorean o a la intuición bailable de John Talabot.
Con tales aptitudes, no sería raro augurarles un salto a la escena internacional, aunque la barrera idiomática bloquee esas aspiraciones (precisamente ahora que el uso del castellano también ha supuesto una novedad en las formas artísticas de Fira Fem).
Sin embargo, el orbe hispanoamericano recibirá con los brazos abiertos el tecnopop contemporáneo de Fira Fem, tal y como recibe la electrónica urbana de los chilenos Astro o los últimos experimentos digitales de la argentina Juana Molina.