NICO GONZALEZ
Con la sobrecarga de información constante que padecemos, a veces se hace difícil encontrar una buena (y nueva) recomendación musical que ofrecer. A estas alturas debemos estar de acuerdo en que la cantidad no es sinónimo de calidad, y en que lo que resultó “simpático” en su momento, hoy es un padecimiento.
Esto, en referencia a la cantidad de discos que cada día se suben a internet y que se cuentan por miles, pero que apenas un porcentaje muy mínimo termina resultando realmente interesante o de valor. El resto pareciera cumplir la función de enterrar ese pequeño porcentaje en un mar de canciones amateur, mal grabadas, poco originales o directamente malas.
Esto beneficia directa y únicamente al status quo de las bandas “famosas” (y a las agencias y sellos a las que pertenecen), que acaparan el 99% de la atención del público. Dicho esto, este viernes, como todos los viernes desde enero de 2014, podemos decir que lo hemos logrado de nuevo: Tenemos una nueva recomendación del pop argentino, y se trata de Diamantina.
Con tres trabajos editados, cada uno mejor que el anterior, Diamantina por alguna razón se mantiene “tapada”, incluso para un obsesivo de lo nuevo como quien escribe. Sin embargo, lo que encontramos al descubrirla, es poco menos que maravilloso, y data de 2010, con el disco Nuboselva.
Diamantina – Nuboselva (2010)
Pero Diamantina (a.k.a. Alejandra Papini, como dice su página de Bandcamp) no es una novata. Oriunda de la provincia de Santa Fé, durante años fue vocalista de la banda Celestito, que en su momento fue recomendada por el propio Adrián Dargelos, pero que se disolvió sin dejar muchos rastros. Luego tuvo varios proyectos, siempre relacionados con el pop electrónico, de los que tampoco se puede rastrear mucho.
Al debut solista de 2010, le siguió Incendioses (2014), enorme trabajo pop que funde guitarras cargadas con sintetizadores voladores y bases más que seductoras, y que sin embargo, al igual que el primer trabajo, no pierden ese matiz indie, melancólico, suave y sensible, que lo hacen irresistible, y que me recuerda a trabajos como el de Indigencia Vip, Los Veranos, o incluso Entre Ríos.
Pero además, y lo que más me sorprende, es la capacidad de Diamantina para mezclar melodías pop con un espíritu de música folklórica argentina, incluso andina, de una manera tan maravillosa, sin nada que envidiarle, por ejemplo, al último pop andino de Alex Anwandter.
Diamantina – Telépata (Alterado Lab, 2015)