LIDIA LEIVA • Científicos de la electrónica.
El dúo procedente de Düsseldorf no deja de deslumbrar a quienes apenas los descubren. Escuchar su discografía es adentrarse en un viaje psicodélico del que es difícil salir, ya que te quedas atrapado entre sonidos y melodías hipnotizantes que te dan la sensación de estar en una ilusión auditiva constante.
El proyecto Mouse on Mars lleva dos décadas reinventándose con nuevas formas sonoras y experimentos en el laboratorio. Los científicos de la música electrónica no dejan de crear un concepto innovador, muy especializado pero con añadidos que siguen trastocando el universo sonoro.
Andi Toma y Jan St. Werner debutaron en 1994 con su primer EP Vulvaland, cuyo primer sencillo fue “Frosch”. Un disco que revolucionó la música del Reino Unido y que los colocó como uno de esos grupos peculiares de los noventa.
Y por si fuera poco, han sabido adaptarse a los cambios, tal vez por eso se consideran como un híbrido musical provocado por la mezcla de estilos electrónicos como el techno, con géneros como el rock y del jazz.
Quizá el momento cúspide de su experimentación fue a principios del 2000, con sus álbumes de estudio Idiology y Radical Connector, aunque 2012 fue el año de su reinvención, con el disco Parastrophics, que tras seis años de silencio, salió a la luz como algo que podría parecer incongruente, pero que no era más que otro cambio de ruta de los alemanes.
Con su último EP Spezmodia, Mouse on Mars siguen manteniendo la reinvención de Parastrophics, con sonidos empapados de adrenalina e incongruencia como “Baskerman is Breaking Bad”. Por todo lo anterior, será un lujo para los que puedan asistir al festival Nrmal de México, donde el dueto se presentará el 28 de febrero.
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