ALEX CASTRO
Ayer se llevaron a cabo en la capital mexicana los IMAS, cuyo fin es reconocer a lo mejor de la industria musical independiente.
Yo no creo mucho en esos premios porque considero que en México no hay una escena independiente que premiar (o al menos no anualmente, como si se tratara de toda una industria).
Pero supongamos que estoy equivocado y que, efectivamente, hay una industria que premiar. Cualquiera que la conozca, aunque sea superficialmente, sabe que todo lo hacen las mismas seis personas: Seis personas que hacen música, relacionadas con seis que invierten en los proyectos, y que a su vez están relacionadas con otras seis que están en los medios. Así es nuestra escena: pequeñita (y algunas veces son las mismas seis personas en los tres puestos, simultáneamente, lo cual resulta hasta esquizofrénico).
En efecto, eso no es culpa de los IMAs, como tampoco lo es que nuestros músicos –salvo algunas excepciones– pocas veces nos sorprendan con producciones que sacudan, que rompan el molde de lo previsible, de lo aprobado hasta por la corriente principal.
Así que tenemos que conformarnos con lo que hay (que claro, es mejor que nada). Y buscarle el lado bueno a lo que tenemos; esperar que esta vez sí salga un gran disco, tener buenos deseos, ser buena onda, “apoyar”.
No creo en los premios. Aunque conozco a los organizadores de los IMAS y me consta que los mueve un interés legítimo de reconocer y apoyar a la música independiente (aunque algunas veces no resistan la tentación de premiar a los grupos que ellos mismos auspician). Yo mismo acepté formar parte del jurado un par de veces, hasta que vi que no tenía mucho sentido el numerito.
¿Qué quiero entonces? Que haya más opciones que premiar. Que surjan más músicos que entiendan que como país, no le vamos a enseñar mucho de rock al mundo, que nuestras fortalezas están en otros puntos y en otros estilos musicales, como creo que ya lo han entendido artistas -independientes o no- como Menuda Coincidencia, Nortec, Aaron Bautista o Juan Cirerol. Músicos que mamen de otra fuente que no sea el brit-pop (¿hasta cuándo lo van a dejar descansar?), letristas que lean, cantantes con voz propia (que no es lo mismo que con buena voz).
Eso es lo deseable, para que entonces los IMAs y todos los premios que surjan en el futuro tengan sentido.
Trivia para ociosos: ¿Cuántos artistas no independientes han sido nominados y/o galardonados en los Indie-O Music Awards?