ALEX CASTRO
El último disco de la banda, titulado 40/38, pasará inadvertido para las masas.
Ramón Cerrilla y David Lemus, actuales miembros de esta banda, hicieron algo que pocos han logrado en México: encontrar el justo medio entre lo pop y lo experimental.
Para ello, el dueto sólo tuvo que hacer algunos ajustes: tratar de hacer las mejores canciones posibles sin limitarse al formato verso-coro-outro y buscar un sonido que los distinguiera de lo que hay en el panorama.
Una vez resuelto el primer paso buscaron a su amigo y productor Martin Thulin (Los Fancy Free), quien de hecho no estaba convencido de producir un disco en ese momento, aunque cambió de opinión cuando Cerrilla le ofreció las condiciones perfectas: Grabar en un rancho enorme en Valle de Bravo, acompañado de las montañas, un arroyo y hasta un gato. “Así trabajas de maravilla tomando te, viendo los árboles y jugando con el gato”, refiere el músico.
Pero Martin tenía un as bajo la manga: invitar a Hugo Quezada (Robota) para que se sumara al equipo. Así que luego de que Martin eligió diez canciones de entre unas veinticinco que tenía la banda, él y Hugo trackearon el disco, propusieron arreglos, texturas y sonidos. Como dice el propio Martin: “lo que realmente significa producir”.
Lo mejor de dos mundos
Pero vayamos al resultado, que es ni más ni menos que pop experimental; a veces más cargado hacia un lado y a veces hacia el otro. Y es justo esa ambivalencia la que le da su sonido particular: Algo semejante a fusionar el sonido de una banda pop como Zoé, con el de una decididamente “antimusical” como Robota.
De hecho, en cada nueva escucha que le das al disco se pone más pop. Y es que ahí están sus elementos básicos (guitarra, bajo y batería), pero también los amplis viejos, los sintes, las cajas de ritmo y los secuenciadotes análogos, además de los incontables pedales de efectos, vocoders y hasta micrófonos exóticos de los setentas, muchos de ellos pertenecientes al arsenal con el que Robota se ha hecho de su reputación.
Ramón Cerrilla cuenta que había suficientes herramientas para generar timbres y texturas diversas: “Grabar en casa de Hugo y en el rancho fue lo mejor; con esta experiencia ya me gusta más trackear en casa o en lugares que aporten algo, que en un estudio super high class sin vibra”.
Y no es para menos. El estudio de Hugo es un lugar modesto pero mágico donde se han hecho grabaciones de gente como Los Esquizitos, Aarón Bautista (Nos Llamamos), Los Exils, Los Mundos, Andy Mountains y FILM!
40/38
Así que lo que tenemos aquí son diez tracks sin relleno ni desperdicio. Desde la abridora “Hysterical”, con percusiones lentas y voz filtrada por vocoders o su hermanita “Over my Head”.
Las letras y melodías de canciones como “Atardecer” y “Under my Skin” serían la envidia de León Larregui; lo mismo que “Planeta”, que es totalmente pop. Mientras tanto, “Colores” se torna oscura, como a The Mission o The Cure les hubiera gustado que hicieran sus nietos putativos de México.
Hay tracks magníficos como “Wonderland”, con su bajo punzante y sicodélico; o “Atlas”, que es un pop retorcido e insistente como una comezón. Incluso un track como “Tentación” que podría ser el más ordinario del disco, compensa con un cambio inesperado por ahí.
Y sí, es Yeshua Elastik poseído por el espíritu de Robota. El mismo Hugo Quezada reconoce que le metió mucha mano a estas canciones: “Yeshua era una banda que ya trabajaba con sintetizadores, pero el sonido era muy tibio; lo que hice fue meterle un chorro de galleta para que el quedara muy enfocado, redondito”.
Así que la única opción es escuchar este material con atención, fuerte y con audífonos. Si lo quieres poner como música de fondo, por favor: no pierdas tu tiempo. No lo eches a perder.
Yo soy un convencido de que a los latinos lo que mejor les sale son los ritmos latinos. Y sólo muy de vez en cuando, cuando escucho a bandas como Nos Llamamos o en este caso a Yeshua Elastik, creo que sí se puede hacer rock en Latinoamérica… y sorprender.
40/38 se editó en vinilo en junio de 2013 y en mp3 en septiembre del mismo año.
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