CARLOS CELIS
Cada cierto tiempo llega un álbum del que todos hablan, que todos recomiendan y que se incluye en todas las listas de reproducción. Repetir el nombre del artista se vuelve un fetiche de las conversaciones y parece que mientras más raro y original, más ganas dan de repetirlo: Mu-ra Ma-sa.
Detrás de este proyecto se encuentra Alex Crossan, un músico y productor británico de 21 años de edad que empezó a subir su música a Soundcloud en 2013, cuando apenas tenía 17, y enseguida llamó la atención de sellos independientes. Pero es hasta hoy que aparece su álbum debut, que incluye temas nuevos y algunos tracks que lanzó en años recientes.
Mura Masa se ha distinguido porque utiliza muchas de las tendencias y sonidos de la música indie electrónica contemporánea y los incorpora en una mezcla de pop y rhythm and blues que inmediatamente se siente novedosa, aunque no lo es tanto.
Encontramos desde la influencia de Jamie XX, el dubstep más clavado de James Blake, el future bass de Flume y tintes de tropical house, hasta un poco del bubblegum pixelado de los PC Music. No podemos negar que todo junto en un mismo paquete tiene bastante atractivo, pero tal vez lo que más llama la atención es la larga lista de invitados que prestan su voz para el disco: A$AP Rocky, Charli XCX, NAO, Jamie Lidell, A.K. Paul y Damon Albarn, entre otros.
Es por esto que el álbum de Mura Masa es un buen ejemplo del problema con los “featurings”. Tener artistas invitados en un álbum se ha vuelto una herramienta de promoción descarada para el catálogo de artistas de una disquera, algo así como un escaparate para futuros lanzamientos o incluso el rescate de viejas leyendas, y ya no aquella idea romántica de la colaboración entre artistas que servía para descubrir nuevos talentos de la música.
Pero lejos de ese romanticismo, también afecta la experiencia en vivo de estos actos, ya que los artistas invitados no pueden acompañar en caravana a su productor cuando éste sale de gira, siendo sustituidos por juegos de luces, presentaciones tipo dj set o de plano por otros cantantes.
En casos recientes lo hemos visto desde los ya clásicos álbumes de Disclosure y Rudimental, hasta el muy recomendable álbum de Hi Fi Sean, precisamente titulado Featuring. Antes, los productores de música dance buscaban a sus propios cantantes desconocidos, pero ahora todos los productores de alto perfil, como Calvin Harris o Diplo, usan a artistas consagrados del pop como Justin Bieber y Selena Gomez, en una estrategia donde parece que el tema es tener más control sobre la música, y eso termina por limitar nuestras opciones como escuchas.
Es cierto que es más interesante escuchar a Charli XCX o a Christine and the Queens en el álbum de Mura Masa, que a Rihanna y a Ariana Grande, y eso ayuda a enriquecer la oferta musical. Hemos visto crecer a varias generaciones de artistas indie que hacen un crossover al pop, y es así como hoy podemos hablar de The Weeknd, Lana Del Rey, Sam Smith, Grimes, Chvrches, HAIM, etcétera.
Aunque no deja de perseguirnos la interrogante de esa otra posibilidad, la de ver a nuevos artistas crecer de manera más orgánica hasta convertirse en una auténtica generación de músicos representativos de la expresión de una época. Algo así como lo que se puede ver en la curaduría musical de la serie Twin Peaks, donde el ficticio bar “The Roadhouse” (o “The Bang Bang Bar” para los millennials) ha tenido invitados – o para el caso “featurings” – como Au Revoir Simone, Chromatics, Hudson Mohawke y Sharon Van Etten.
Mientras encontramos la respuesta a éste y otros misterios de la vida, el álbum de Mura Masa no deja de ser una buena oportunidad para desconectarse escuchando temas como “Nuggets”, “Nothing Else!” o “Who Is It Gonna B”, y sumergirse en estos sonidos actuales, los que terminan empapando a la música pop y convirtiéndose en la nueva regla… hasta que lleguen la nueva moda, el nuevo sonido y los nuevos artistas que impondrán otras nuevas reglas.