JUAN DE LA SERNA
El trío tiene muchos retos por delante.
Armada con riffs toscos y una actitud invectiva, Los Ateos es una banda que, más allá de la evidente influencia de grupos como L7, Heavens to Betsy o incluso Yeah Yeah Yeah’s (su lado más breve y afortunado), incorpora recursos que la hacen una fuerte contendiente en la escena –o falta de ella– actual.
Su EP titulado Parálisis lanzado a finales de 2013, cuenta con cinco temas que combinan atinadamente dichas influencias pero que comparten una espina dorsal: el ruido. Bajo ese estandarte, Raquel, Jerry y Rod confrontan ideas que aterrizan en un mismo sonido.
Grabados (análogamente) en Guanajuato, pero originarios del DF, Los Ateos cuentan con uno de los aciertos más fuertes: tocar constantemente en vivo (lo cual es algo que recomendaría a cualquier banda), sin importar la locación, festival, bar o estación de metro. De igual manera adaptan conceptos del DIY, utilizando esta ideología a su favor sin esperar mucho de nadie. ¿Hay otra forma de hacer las cosas hoy en día?
Otra de las virtudes de Los Ateos es la posibilidad de hacer una canción con un coro pegajoso sin dejar de lado todo este cúmulo de volumen y estridencia. Ese es su as bajo la manga y, sin lugar a dudas, la carta que deben jugar en cada partida.
A diferencia de la detonante guitarra y batería, la parte vocal necesita confrontar mejor estos difíciles adversarios, y con esto no me refiero a una falta de recursos, sino a la explotación de los mismos de una manera más conveniente. Porque si bien muchos grupos contemporáneos utilizan el recurso de la voz femenina para crear folk, pop y sus múltiples variantes, Los Ateos hacen justo lo contrario, resultando ser un respiro de aire fresco ante la abarrotada propuesta “más de lo mismo” o el feo estereotipo de “la mujer vocalista”.
La tesis musical de los Ateos debe resolver aspectos como hacerse escuchar por un público más amplio, mantener un sonido que, lejos de ser propositivo, convenza y mantenga hambriento al escucha canción tras canción. Y la resolución de estos últimos los podría colocar en escenarios más importantes (y no por ello me refiero a grandes) a nivel internacional.
Menuda tarea para una banda que no necesita a Dios de su lado.
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