CYNTHIA RODRÍGUEZ
Sucio, sexy, sin “e” al final
Los despistados que consiguieron algo de Ladyhawk, creyendo que es la chica de “My Delirium” seguramente se llevaron una sorpresa…
Contrario a su casi tocaya Ladyhawke, este grupo no lleva “e” al final y tampoco tiene nada de electropop. La banda existe desde 2004, tocando un sucio rock que casi le tira al stoner. Sus primeras tres grabaciones, el álbum Ladyhawk, el EP Fight for Anarchy y el LP Shots fueron realizadas bajo el sello Jagjaguwar, quien hiciera su agosto con Bon Iver y actualmente alberga a Dinosaur Jr.
Ahora, Ladyhawk se pasó al sello Triple Crown Records, donde Destroyer grabó casi en sus comienzos. Su álbum más reciente, No Can Do (2012) es uniforme sin caer en el aburrimiento. Al menos hasta la mitad, los temas se entrelazan como si fueran una sola sesión. “Footprints” nos dice de qué va el asunto: las cadentes guitarras rítmicas que se contraponen igual que los harmoniosos coros de Darcy Hancock bajo la rasposa voz de Duffy Driediger. “I’m a Witch” es un baile sensual que ruega ser incluido en alguna cinta tipo From Dusk to Dawn.
El tema homónimo tiene potencial de sencillo, listo para tu taberna hipster más cercana; seguido de las rocanroleras “Rub Me Wrong” y “Sinking Ship” para ambientes más distintos. “You Read My Mind” y “Bedbugs” regresan a la cochinada inicial, aunque “Evil Eye” nos demuestra que sí escucharon a Dinosaur Jr durante sus tiempos con Jagjaguwar. Probablemente, en demasía.
Todo vuelve a la normalidad con “Window Pane”; hasta que terminan su racha imparable con la pacífica “Eyes of Passion”, que continúa hasta difuminarse entre la distorsión y reducirse a un simple feedback de amplificador.
La güera Ladyhawke es buena para lo que hace. El cuarteto que casi comparte su pseudónimo, también. Disfrútenlos juntos o separados, pero jamás revueltos.
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