ESTEBAN CISNEROS
The Hit Parade, The June Brides, Hurrah!, Primal Scream en la época del C86, The Field Mice… Parece la lista de influencias de un grupo que me gustaría sin escucharlo: a veces me gusta la música por sus ideas.
Cuando supe de los Goodly Thousands (quienes presumen a estos héroes) caí de cabeza en su música con el prejuicio de que me gustaría, de que eran mis favoritos solo porque sí. Me clavé en sus canciones (que son pocas) por unos días, le di vueltas y vueltas a su primer EP homónimo. Pero no todo podía ser tan bueno, ¿o sí? Les dejé reposar para volver a ellos con la cabeza fría.
Aquí estoy. Y, como suele suceder con la música que más me gusta, me doy cuenta de que son un grupo pequeño, local, de amigos, formado por tipos cándidos que aman los discos de su juventud y que se cuentan chistes privados que solo entienden ellos. Esos son los más grandes, porque son los que perpetúan esa idea pop de salirse con la suya, de cambiar el mundo (el mundo propio, claro, que ya es algo) y seguir el impulso efebo de alcanzar la gallardía más pura con guitarras y tambores. Sigo dándole vueltas a las canciones de Goodly Thousands y me convenzo de que algo hay, de que ese viejo sonido jangly quiere decirme algo aunque no logro descifrar qué; mientras tanto, el misterio me gusta y me gusta quedarme allí. Play de nuevo.
Goodly Thousands, de Dublín, Irlanda, acaban de sacar su segundo EP en Shelflife Records en vinilo de 7” y CD. No es como para que se paren las prensas, pero sí es un acontecimiento que hay que celebrar: es un pequeño triunfo cuando un grupo así saca nuevo material y satura el mundo (más aún) de canciones. Puede que, en un plano macro, se pierdan en la entropía de la red; pero para algunos (¿pocos?, ¿muchos?, ¿cuánto es poco y cuánto es mucho?) quedarán como canciones importantes. Levanto la mano.
Platiqué brevemente (gracias, internet) con Colm Dawson, líder de Goodly Thousands, quien se dio un tiempo entre su trabajo de día y sus ensayos. Su amabilidad me la esperaba, pero su absoluto dominio del español, no; argumenta que lo aprendió durante una estancia en Valencia. De todo lo que conversamos solo hubo un término que usé y que no pudo descifrar: chingón. Suerte que ahora conoce la palabra, porque puede (¿debe?) aplicarse a su música perfectamente.
¿Quién en el mundo son Goodly Thousands?
Los tres somos de Dublín: Darren (bajo) es electricista, Aaron (batería) es un ingeniero y yo soy profe de inglés. Nos reunimos en un cuartito al fondo del jardín de Aaron cada domingo y hacemos ruido.
¿Cómo comenzó tu interés (no sé si pueda llamarle obsesión) por la música? Y cuéntanos un poco acerca del origen de Goodly Thousands…
Pues, siempre sonaron los discos de los Beatles de mi padre de fondo en casa, pero si hablo de un interés activo, me recuerdo de siete u ocho años, sentado al lado de la radio con mi dedo en el botón de “rec” de la grabadora, llenando cassettes de canciones del Top-40. Cuando tenía diez años, mi padre me enseñó lo básico para tocar guitarra en una imitación Stratocaster que tenía, para que yo pudiese tocar “Mr. Tambourine Man” en el grupo de la escuela.
Pero no fue sino hasta los trece que mi amigo Dónal y yo comenzamos a escribir canciones, en su habitación. De ahí salió una banda que duró de 2003 a 2008, más o menos, con muchos otros chavales y un nivel de entusiasmo variable de todos los involucrados. Pero tuvimos algunas tocadas muy divertidas y, de hecho, el tercer track de nuestro nuevo EP apareció por primera vez en ese grupo, hace unos diez años. Carajo, ¿diez años ya? Como sea, esa banda agonizó lento. Me di cuenta que tenía algunas canciones (o ideas de canciones) de jangly indie-pop en mi cabeza que nunca encajaron con el estilo del grupo, que era más una especie de garaje e imitación de emo de los 90. Así que le propuse a Aaron que tocara la batería, encontramos un bajista, y Goodly Thousands salió de la nada.
¿Por qué es importante tener una banda hoy?
Supongo que yo necesito algo que me estrese y me ponga nervioso. Pero el veinte por ciento del tiempo en el que no me preocupo acerca de terminar canciones o cumplir con fechas de tocadas (o que estoy nervioso por no tener tocadas próximas) es totalmente estimulante y satisfactorio. Es estimulante cuando una canción suena como debe hacerlo en un ensayo o en vivo; es satisfactorio porque hay gente lejos de aquí que edita discos de verdad con nuestras canciones.
¿Cómo influyó Dublín en el grupo y en su música?
Es muy común aquí que los chicos tomen un instrumento. Yo creí que así era en todos lados, pero he escuchado a mucha gente no-irlandesa decir que aquí hay una notoria cultura musical. Es algo que yo daba por hecho pero que ahora aprecio en su justa medida. Exceptuando algunas menciones de lugares irlandeses en las letras, creo que mis canciones pudieron haber sido escritas en cualquier parte del mundo. Mi vieja escuela secundaria y mis amigos fueron grandes influencias, creo.
De nuestro grupo de amigos, probablemente la mitad escribió o hizo música en solitario o con grupos, entre ellos o con otra gente. Western Homes, Porn On Vinyl, Soil Creep, Retreat From Moscow, Back Garden, Hipster Youth, Hazing, British Dick Terrorism… todos esos son grupos de nuestra clase de secundaria que han lanzado música original. Así que cuando esos son tus amigos, hay una competencia (sana, debo decirlo) para asegurarte que tus canciones son sólidas y que tus tocadas son buenas. Y, por si fuese poco, tuve amigos cuya percepción sobre nuestra música, bien expresada, nos ayudó a progresar. Todo eso es valioso.
“El jangle pop está más sano que nunca”
¿Qué hace que esa música jangly que toca Goodly Thousands mantenga un lugar especial en el universo pop?
No me canso de ella. Podrías poner el outro de “Ask” de los Smiths en loop y pasarían días antes de que me hartara de él. Fantástico. El jangle pop está más sano que nunca.
No suelo preguntar esto, pero, ¿qué equipo usan en este EP? Suena tremendo.
Mi Danelectro ’59 DC de doce cuerdas está por todos lados y al fondo, my Fender Cyclone II y la Jaguar de alguien que estaba allí, sentada en una esquina del estudio, irresistible. Oh, y una Ciarán acústica de doce cuerdas, adorable, de un amigo. Todas las guitarras eléctricas pasaron por un amplificador Laney VC30-112, que es básicamente una copia de un Vox. Fiachra, nuestro ingeniero de sonido, tenía una pedalera que usamos como un reverb en reversa (supongo que así hay que llamarlo) para el final de “Sunshine Hair.”
Tienen un EP previo, que puede bajarse gratis en Bandcamp…
Ese EP fue otra “chamba de verano”, grabado por Mark Chester (si te gusta nuestra música, tienes que ser fan de Ginnels, su grupo.) La mayor parte del disco la grabamos en el sótano de un viejo edificio georgiano en el centro de la ciudad. El edificio se había inundado recientemente, así que olía muy mal, pero creo que la grabación salió muy bien. Tocamos mucho mejor en este nuevo disco, me encantaría que el material del viejo EP sonase así. Pero igual digo eso de este disco cuando salga el nuevo material en un par de años…
Llegó la pregunta fastidiosa: ¿puedes nombrar diez discos sin los que la vida sea nada?
Ok. Pero sin algún orden particular:
12 Rods, Gay?
My Bloody Valentine, Loveless.
Cocteau Twins, Heaven or Las Vegas.
Cap’n Jazz, Shmap’n Shmazz.
American Football, American Football.
Fugazi, 13 Songs.
Kleenex Girl Wonder, Yess Boss.
New Radicals, Maybe You’ve Been Brainwashed Too.
Prefab Sprout, Steve McQueen.
Joanna Newsom, Ys.
Y en estos días escucho mucho Arthur Russell, OutKast, Brighter…
¿Qué sigue para Goodly Thousands?
Tocaremos en mayo en Londres; será nuestro primer concierto fuera de Irlanda, así que estamos emocionados. Y estamos armando nuevas canciones y me encantaría grabar otro EP pronto, aunque escribo lento, muy lento.
¿Cómo se ve a México desde Irlanda?
No estoy seguro de que México esté en el radar de los irlandeses, porque no lo mencionan. He tenido algunos estudiantes mexicanos en la escuela en que trabajo y me da la impresión de que es un lugar vibrante, con un lado oscuro que desafortunadamente no se puede ignorar. Ese asunto de los estudiantes desaparecidos es abominable.
Gracias. ¿Alguna recomendación de algo que no podamos perdernos?
Gracias a ti. No, por ahora es todo. Voy a tomarme una taza de té e irme a la cama, esto fue cansado. ¡Feliz de que les guste nuestra música!
C/S.
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