LOS MAGIA EXISTE Y LOS PSICOACTIVOS SONOROS TAMBIÉN
Por: @ViolettaRabe
El ambiente festivalero se sentía kilómetros antes de llegar, los outfits de los transeúntes pasaban de las tradicionales tonalidades neutras y oscuras a estridentes colores y brillos. Ahí nos dimos cuenta que estábamos entrando a un mundo distinto.
Es curioso pero la sensación no cambia, al cruzar ese torniquete que divide la realidad de la fantasía, la piel de manera inmediata se eriza y el corazón comienza a palpitar más rápido de normal, digan lo que quieran pero esa fue la mayor prueba de la magia que sólo la música en vivo puede ofrecer.
El primer camino lo marcó la melodiosa voz de Juliana, una artista que inició en la actuación televisiva y de manera orgánica fue migrando a los escenarios; su show estuvo marcado por la ternura y ese simpático tono que identifica a los artistas que pisan el FEP por primera vez.
Cruzamos el Briceño para encontrarnos con la tarima Adidas y a pesar de ser el segundo escenario más importante tenía un aforo demasiado limitado por una hilera de arboles; que aunque preciosos, obstruían la visual para los desafortunados que no lograran un lugar frente a la tarima. Allí disfrutamos de la propuesta que plantea Cigarettes After Sex. A través de baterías pausadas pero determinantes y acordes menores que fragmentan el alma, nos sumergimos en una especie de transe en el que cerrar los ojos y balancearse al ritmo de la música era inevitable.
Las condiciones del campo no fueron las mejores, el pantano al pisar el suelo subía hasta las pantorrillas, nos sentimos por instantes como Indiana Jones intentando salir de arenas movedizas, pero igual que ese héroe de leyenda y contra todo pronóstico avanzamos y conseguimos una ubicación privilegiada para disfrutar de The 1975.
De manera espontánea con cada riff funkero de la banda las rodillas hacían lo suyo y todo el aforo comenzó a integrarse en una danza colectiva mientras Matthew Healy coqueteaba con la cámara y era replicado en todas las pantallas. Es impresionante la evolución de estos británicos, su dominio escénico y calidad musical superó de manera abismal la presentación que vimos de ellos en la edición del 2019 y nos sentimos afortunados de ser testigos de dicho crecimiento.
Transcurrían las horas mientras la temperatura bajaba, pero misteriosamente la sensación térmica se mantuvo estable, ese debe ser uno de los pros de estar en medio de una multitud. El momento que estábamos a punto de experimentar era decisivo, porque si todo hubiera salido como estaba planeado minutos después estaríamos frente a Blink 182.
Cosas pasaron, hubo planetas que no se alinearon o el universo no conspiró, el caso fue que Travis Barker fue victima de una fractura que lo alejó por un tiempo de la batería y obligó a la banda a cancelar su tour por Latinoamérica. Se generó un revuelo terrible luego de que Blink fue suprimido del Line Up pero nuestro corazón casi estalla de emoción cuando dieron la noticia de la banda suplente.
El respeto y la admiración por Twenty One Pilots se reafirma cada vez más conforme los vemos en vivo, pero su presentación en el FEP a pesar de ser impecable y emocionante estuvo envuelta por una ola de nostalgia. Ellos como artistas lo dieron todo en la tarima sin embargo se notaba que no se sentían prioridad y para el nosotros fue demasiado desgarrador percibir esa evidente tristeza involuntaria en sus ojos, pero desde el tono al interactuar con el público hasta el acto más enorme de amor a sus seguidores, al decidir incluir “All The Small Things” dentro de su setlist, se evidenció esa calidad musical que los caracteriza.
El show finalizó y todos quedamos sobre excitados, como si hubiéramos sido liberados de DEMA y estuviéramos experimentando la paz que propicia llegar a TRENCH al ritmo del característico sonido actual de los TOP. Los tradicionales juegos artificiales se hicieron presentes y nos marcaron el camino de regreso, la multitud arrasó con nosotros y nos arrojó en el preámbulo de un viaje de LSD inducido por las frecuencias alteradas que Tame Impala acostumbra a usar.
Un punto a lo lejos se movía con dificultad, se trataba de Kevin Parker que nos dio toda una lección de determinación y entrega al subirse al escenario con una reciente cirugía de cadera realizada. La combinación de las visuales y las psicodélicas canciones de los australianos junto con las luces y el ambiente hicieron de ese concierto algo memorable.
Cuando se terminó la dosis de ese psicoactivo musical supimos que era momento de regresar a casa, porque aún nos quedaban dos días más por delante…
DÍAS 2 Y 3
LXS DISTINTXS FUIMOS TODXS
El viernes, en donde las mujeres fueron protagonistas dentro de los actos programados para el segundo día, las primeras notas musicales sonaron hacia las 2:00 p.m., mientras empezaban a llegar nuevamente los primeros asistentes que corrían a las diversas tarimas y a disfrutar de las múltiples experiencias que el propio festival y patrocinadores tenían a disposición durante todo el festival.
Aunque el frío, la lluvia y el lodo estuvieron presentes, las chompas, carpas, botas y zapatones (protectores prásticos para zapatos) fueron el toque final del look para disfrutar de todos los shows, encabezados por Neck Talese y Clandes, y que finalizaron con la tan esperada presentación de Rosalia y Drake principalmente.
A pesar de los largos recorridos entre tarima y tarima, los más de 50,000 asistentes nacionales y de países vecinos disfrutaron sin parar de Un Mundo Distinto, convirtiéndolo así en el día más concurrido de toda la historia del festival, mismo en el que las presentaciones nacionales estuvieron a cargo del talento feminino, manteniendo el ánimo encendido para una fiesta que tomaría dos días más.
El escenario principal fue inaugurado entonces por los cantos tradicionales, la percusión y los rítmos de la marimba, que transportó al público hasta Timbiquí de la mano de la gran Nidia Góngora, quien mexclando la tradición con lo contemporáneo, calentó motores para las siguientes presentaciones de cantautoras colombianas como Ana María Vahos, que cuenta historias con gran potencia y posee una voz de gran crecimiento en la música de autor; y Ev, una artista de indie pop y uno de los nombres que más resuena en la música alternativa de Colombia.
Por su parte, Mabiland estuvo a cargo de los sonidos urbanos de Medellín, mezclados con el sabor propio del Quibdó, con los que el público levantó sus manos y movió la cabeza en un show donde reinó la complicidad y al que se unieron en tarima artistas como Providencia y Alexis Play. Entre tanto, Tropicana Club trasladó a los asistentes hasta Cali, la Sucursal del Cielo, y Amantina hizo lo propio siendo parte del cartel como cuota nacional.
Así mismo, la cantautora noruega, Aurora, llegó por primera vez al país y al festival con un show cargado de dulzura, colores y gran potencia, liderando un mensaje sobre el cuidado del medio ambiente y el amor libre, mientras que Tove Lo hizo de la ncohe toda una fiesta a cargo de su enérgica presentación en la que predominó su característico dance pop.
El cierre, al menos de los artistas más esperados estuvo a cargo de la icónica Rosalía que con una presentación minimalista pero con gran destreza en la coreografía de bailarines y cámaras, llenó el escenario Adidas y conquistó el corazón de todos los asistentes.
Su repertorio, encabezado por sus temas más importantes, también estuvo compuesto por canciones de sus anteriores trabajos y finalmente invitó a su público a ver el show de Drake, quien ya venía siendo polémico por su comportamiento y actitud en los escenarios de otros recientes festivales. El reconocido rapero sorprendió a miles de personas que se agruparon en el escenario Johnnie Walker y sus alrededores por una presentación sin mayor destreza en el escenario, sin bailarines ni escenografía, salpicó su repertorio sin finalizar ninguna canción, concluyó antes de tiempo y con ello fue catalogada como la presentación más mediocre de todo el festival.
El tercer día del festival llegó poniendo a prueba la resistencia de los asistentes a través del cansancio, el tráfico que durante los días anteriores había sido caótico y por supuesto el frío de la sabana y el pantano. Más de 45.000 personas disfrutaron un día más de propuestas artísticas y musicales, ávidos de vivir nuestras propuestas que no sólo se enfocaran en la música, sino también en todo lo que confluye alrededor de ella; y es que, en particular, esta edición del Estéreo Picnic se caracterizó por una curaduría en la que se integraran y se presentaran shows que sorprendieran por su puesta en escena, juegos de luces, coreografías, vestuarios y la interacción con el público que no dejó de responder masiva y positivamente.
La electrónica, el rap, la cumbia, el reguetón y otros géneros se pasearon por las diferentes tarimas en las que los protagonistas fueron verdaderas leyendas de la música, entre ellos Alci Acosta, Wu-Tang Clan y Armin Van Buuren.
Parte de la cuota nacional de esta edición estuvo a cargo de abrir el telón, de manera simultánea, en varios escenarios del festival el día sábado. En la tarima Johnnie Wlaker, la marimba y el viche se hicieron presentes desde el pacífico colombiano de la mano de las cantadoras poderosas de Semblanzas del Río Guapí, agrupación que se ha encargado a través de sus letras y sonidos de divulgar las tradiciones, las labores del campo y el esfuerzo por encontrar la paz; mientras tanto, el pop de Flor de Jamaica, el acordeón psicodélico de Felipe Orjuela, los tambores de La Perla, el R&B contemporáneo y visceral de Junior Zamora y desde Providencia, Elkin Robinson complementando este poderoso combo de poder tropical, se encargaron de constiuir la banda sonora de la tarde que se preparaba para ver, por última vez, al Rey del Bolero. ‘No Renunciaré’, ‘La Copa Rota’ y ‘La Cárcel de Sing Sing’ fueron himnos que corearon sin distinción alguna los asistentes que desde la tarima Adidas vieron con deleite el retiro oficial de los escenarios del legendario Alci Acosta, quien también estuvo acompañado de El Checo Acosta y Catalina García, con quien cantó ‘Traicionera’.
El Cauca colombiano regresó al escenario de la mano de los hermanos caleños DawerxDamper, una propuesta afrofuturista que combinó ritmos afrocolombianos con el dembow y el trap; mientras la cumbia y el sonido tropicanibalista estuvieron a cargo de Frente Cumbiero, con una propuesta estética y musical poderosa y contundente.
La noche continuó con la presentación de artistas que siguieron subiéndole el nivel y animando la fiesta, al tiempo que los asistentes seguían recorriendo el campo de golf disfrutando de todas las actividades propuestas por Un Mundo Distinto, como zonas de comida, el bazar y las diferentes atracciones proporcionadas por los patrocinadores del festival.
El argentino Bizarrap, rodeado de teclados y consolas de Dj, llegó con una propuesta cargada de luces, visuales y remixes de sus sesiones más destacadas, en donde por supuesto no podía faltar su más reciente colaboración con Shakira y que todos los asistentes corearon como si se tratara de una terapia colectiva y visceral.
Una vez concluida su presentación, el público corrió hacia otro escenario para ver, por primera vez, el show del icónico grupo neoyorquino de hip hop Wu-Tang Clan. Los saltos, la euforia y los cantos se apoderaron de una gran fanaticada que logró desbordar los límites dispuestos por el escenario, bajo el frío y la llovizna de la noche y un sentido homenaje a OI’Dirty Bastard, miembro del grupo que falleció en 2004 y a Kurt Cobain, cuando cantaron `Smells like Teen Spirit’.
Con esta épica presentación, el festival continuó su curso dando paso a la electrónica a cargo de Chemical Brothers, un dueto que puso a bailar y transportó al público a otro universo de la mano de pantallas, luces, lásers, el color y la euforia de su show. El frío intenso de la noche se acompasó al ritmo del baile de principio a fin y logró eclipsarse con la presencia de dos robots gigantes y calaveras sonrientes que hicieron parte de la presentación.
La cuota de reggaetón estuvo a cargo del paisa Ryan Castro, quien a pesar de la hora logró convocar en el `Flamin’ Hot, un escenario que no dio abasto, y en donde salió montando una bicicleta para representar el barrio, la esquina y el sonido urbano que caracteriza a su ciudad natal.
La ncohe, que continuó con más musica y fiesta empezó a concluir con un público que dio la talla para un tercer día cargado de emociones y sensaciones tremendas, listos para dar la batalla a un cuarto y último día que ya anunciaba, estaba ponendo a prueba la resistencia del público que no dejó de corear y distrufarse el parche a pesar de la distancia y los largos trayectos entre escenarios, el pantano cada vez peor, la multitud y las bajas temperaturas de la sabana.