CRISTHIAN SILIS
La cita era en la parte de arriba de una cantina llamada Salón Numantina. Poco antes de comenzar el show, platicamos brevemente con el hombre, quien se dejó ver como una persona sencilla, y sin poses nos contó de sus planes y sus gustos.
Al menos yo, tenía algún tiempo que no veía algo que fuera transgresor en el rock mexicano. En su show, El Muertho toca lo mismo demos, que canciones nuevas y temas de su disco Padre Santo.
Con un par de intermedios –uno para hacer performance con desnudo incluido y otro donde pidió una canción con el nombre de su ingeniero de audio para bajar a bailar con el público– El Muertho de Tijuana ofrece un buen show que sin tener una producción espectacular, puede integrar a los asistente para crear una experiencia única en la que además de un discurso, hay buenas canciones y hasta chistes.
No sé cómo sería un show del Muertho en un festival o un evento masivo, pero me consta que es algo imperdible en sitios pequeños, como los que está visitando actualmente con su gira por varios tianguis.
Hacen falta más personajes como él en el rock nacional.