MARÍA MERIOMA
Fotos: 17º Ribeira Sacra – Cris Andina
Pasamos unos días en la segunda edición del 17º Ribeira Sacra Festival. Nunca habíamos hablado de él, tampoco dimos seña alguna de que asistiríamos pero ahí estuvimos y merece la pena describir lo vivido el fin de semana pasado. Nos aventuramos a ver qué sucedía en Galicia, España, y de qué se trataba el evento.
Una frase repetida en su página es “Un festival diferente. Una experiencia única.” y es ambas cosas; para imaginarlo recomendamos que piensen en una zona de su país no masificada en cuanto a turismo y muy preciada por sus paisajes, gastronomía y construcciones históricas que resultan un sumario de lugares para admirar el paisaje, comer o visitar y en ocasiones las tres cosas al mismo tiempo.
El Festival 17º Ribeira Sacra se celebra en distintas ubicaciones en torno a Monforte de Lemos, la localidad más poblada de la denominada Ribeira Sacra; este año en 2 fines de semana llamados “Paisaje”, el primero y “Patrimonio”, el segundo. Hace unos meses, el nombre que nos llamó la atención del cartel fue Ten Fé, la banda basada en Londres que fue Reporte UK de esta revista cuando lanzó su primer disco en febrero de 2017, de allí surgió la idea de asistir.
Dos fines de semana de festival en Galicia, a menos que seas local o vivas muy cerca lo más normal es pensar en uno solo y en nuestro caso fue el que tenía una mayor dosis musical; un circuito de conciertos en toda regla con distancias que se miden en kilómetros entre uno y otro. Llegamos en una especie de “viaje imposible” que valió la pena por la experiencia que significa el festival, aunque perdiéndonos los primeros conciertos.
No nos quedamos sin escuchar a los barceloneses Mujeres, a los que bien nos valdría dedicarles un Reporte Ibero para que los conozcan mejor, garage en toda regla que contrastaba con un apacible río y montañas de fondo. La afluencia no es masiva en ninguno de los conciertos, hay tanto espacio para estar que la banda tuvo que pedirnos que nos acercáramos un poco a ellos, a la primera fila la separaba del escenario una barrera invisible a dos metros de distancia.
Mujeres recién llegaban de tocar en el Low Festival en el sur del país, ese viaje sí que era imposible, mucho más que el nuestro, tal vez por ello terminaron bromeando con que no se habían cambiado ni los calcetines. Graciosos y con muy buen rollo con el público, hacían bromas y guiños a varias personas a las que claramente conocían de algo.
La siguiente parada era a más o menos dos kilómetros con Ten Fé en un escenario enmarcado por árboles, Bodegas Algueira, los escuchamos rodeados de bosque. En este caso no era tanto la distancia que separaba al público del escenario sino que todos estábamos sentados lo que resultaba peculiar, ellos aguantaron las tres cuartas partes del concierto sin decir nada al respecto.
“Hit the Light” lo hicieron cuando eran un dúo, el sonido que tienen ahora en directo al haberse convertido en quinteto es muy distinto con unos arreglos que funcionan muy bien y dan espacio a todos musicalmente hablando, por eso es posible decir sin equivocarse que suenan mejor en directo, son distintos, son cinco. La gente que no los conocía salía diciendo que les había gustado mucho y para un grupo es una buena señal.
En la cima de un cerro, literal, se encuentra el Parador de Monforte, un monasterio del siglo IX con un edificio del siglo XVII que ahora es un hotel y mirador, es el punto más alto de Monforte de Lemos al que para ver a Woods no solo fue necesario conducir 20 minutos sino subir una cuesta que nos tomó media hora; llegamos después de perdernos a los dos primeros (Fuckaine y Freedonia).
Woods a media tarde resultó no encajar con todo el público, aunque con un sonido implecable y una veintena de fans que se sabían las canciones y estaban felices con su presencia, no fue una que se sintiera con el aplomo esperado, resultó extraña la sensación con ellos en ese sentido.
Antes de salir Coque Malla salió la luna imponiéndose con un brillo anaranjado y un gran tamaño que nos recordó el eclipse del día anterior. La pequeña plaza del parador ya se notaba llena, aunque no con tanta gente como sus recientes y multitudinarios conciertos en España por lo que para sus fans era un regalo, aunque el escenario y el despliegue de la producción era mucho mayor en este escenario que en los viñedos, bodegas y plazas lo de un festival diferente y único también le viene por “íntimo”, de cualquier forma estás cerca o te sientes cerca.
La noche la cerraba la fiesta de los colombianos Puerto Candelaria, prometía muchísimo, a ellos los vimos pasear y compartir con el público en los turnos de Woods y Coque Malla pero a esa cita no acudimos por el cansancio del viaje y los recorridos del día, es complicado ubicarse y aún quedaban un poco de recorrido y experiencias para el día siguiente.
El domingo se cruzaban dos conciertos: De Vacas y Bifannah en la Plaza de España de Chantada y Holly Miranda en la Bodega Vía Romana. Nos encontramos con la voz de la estadounidense acompañada únicamente por su guitarra, esto le dió sabor a domingo a todas sus canciones, pero domingo de verano soleado, mucha tranquilidad y cierre de semana.