Escúchenlo y compren las canciones que les gusten, pero no recomiendo el disco entero.
SAMUEL VALDÉS LÓPEZ
Entiendo que las bandas cambian su sonido como van evolucionando; que es necesario para no quedarse estancadas. A algunos les funciona y a otros les sale el tiro por la culata (como a Chris Cornell con Scream, por ejemplo).
En el caso de The Black Keys, creo que desde El Camino me ha costado entender lo que quieren hacer. Creo que tener a Danger Mouse como miembro aviador de la banda ha cambiado tanto el sonido que ya no es la banda que sacó Brothers. Y no estoy repartiendo culpas, pero es notorio que Danger Mouse ya está acreditado en todas las canciones de Turn Blue como coautor.
No tengo problema con eso, pero siento que la producción es un poco excesiva en este disco y que se pierde la crudeza de The Black Keys. Vaya, Turn Blue es como un refresco marca libre de limón: hay un ligero sabor, hay dulzura pero no necesariamente empalaga ni satisface.
No se entienda que es un mal disco; el problema es que las partes que cumplen son pocas y contadas. “Weight of Love” es un monstruo que mezcla psicodelia y rock clásico, una elección perfecta para abrir el disco de una patada. “It’s up to You” mantiene un buen nivel de crudeza, mezclando un ritmo de rock con un lento pasaje que permite respirar a un solo de guitarra.
“In our Prime” me remonta al pop complejo de los setentas: bien pulido, muy trabajado y llenador. La que da nombre al dico se me antoja como para ponerla con lo que My Morning Jacket ha estado haciendo desde Evil Urges; tal vez menos divagante y más al punto. Quiero asumir que esa taciturna exactitud viene de Danger Mouse.
Lo malo es el resto del disco. Tengo problema distinguiendo la otra gran parte de las canciones, fuera de “Fever”, que no es mala canción, pero que ya no es The Black Keys, sino otra bestia que comparte su ADN con MGMT o con Cut Copy (primo lejano, obvio).
“Quienes llegaron a The Black Keys por Magic Potion o Brothers, van a salir decepcionados al menos con el 60% de las canciones aquí ofrecidas”
Como disco pop rock actual, Turn Blue funciona muy bien, más por los roces con la psicodelia (“Weight of Love” se lleva las palmas) que tanto está gustando por bandas como Temples, Tame Impala y Alt-J. Pero como disco de The Black Keys, no funciona tan bien como uno podría desear.
No será un cambio radical al estilo Smashing Pumpkins entre Mellon Collie & The Infinite Sadness y Adore, pero quienes llegaron a The Black Keys por Magic Potion o Brothers van a salir decepcionados al menos con el 60% de las canciones aquí ofrecidas.
Escúchenlo y compren las canciones que les gusten, pero honestamente no puedo recomendar el disco entero.
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