MARÍA MERIOMA •
Raúl Usieto es el aragonés que se muestra como Pecker, aunque su corazón y mayor influencia está en Barcelona, ciudad a la que se mudó en 2003. Al año siguiente, con el mote de “Peckeño Pecker”, lanzó su primer álbum Diez y 1 Galaxia, que fue el resultado de muchos años de trabajo.
Su segundo LP 2 y las Nadadoras llegó tres años después, destilando un sonido más acorde para la noche de fiesta, danzando entre ritmos de electropop, funky y hip-hop. La producción corrió a cargo de los barceloneses The Pinker Tones.
Esta relación no acabó ahí. En 2012 salen al ciberespacio un puñado de temas que Pecker y el Profesor Manso (The Pinkertones) que surgieron del intercambio de riffs, atmósferas y distintos sonidos que hubo entre ambos en 2007, y que cinco años más tarde titularían Interludio.
Con cinco álbumes en su carrera, el ganador dos veces en la categoría de “Mejor Solista Aragonés” de los Premios de la Música Aragonesa, se ha movido durante estos años en el cosmos del pop con galaxias de funk, planetas de hip-hop y materia estelar compuesta por drum and base, trip-hop y swing.
Este año, además de celebrar el décimo aniversario de su primer trabajo discográfico, Pecker llegó con el largo Suite, que hace retumbar sonidos de sus años de adolescencia como Radio Futura, Golpes Bajos, Stray Cats, Beastie Boys y Sugar Cubes… algo que le ha dado un impulso sensual-ochentero.
Suite puede llevar mentalmente a una habitación de lujo, donde por supuesto se celebran fiestas y se pierde la cabeza saltando en los sofás en el primer tema. Sin embargo, una suite no solo es eso, sino también “una obra musical compuesta por varias piezas breves que en el barroco destinaban a la diversión en forma de danzas”. Un término con un sentido redondo para la electricidad de los temas de este disco.
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