PABLO CHILITO
De todas las bandas que he destacado en el Reporte Colombia, Los Maricas es quizá una de las que más rápido se ha ganado mi atención, no solo por su nombre, sino también por ese estilo musical que ellos mismos acuñaron y con el cual están ganando seguidores en Latinoamérica.
La banda nació en septiembre del 2012, y aunque se tomaron un descanso regresaron en 2014, momento desde el cual se han mantenido como una de las bandas más vigentes e importantes de Bogotá.
Compuesta por Álvaro (batería), Brownie (guitarra, voz), Jeffry (voz) y Melisa (bajo), esta agrupación se caracteriza por ser pionera del “cacrecore”, estilo ecléctico que combina el punk con el rock, el pop e incluso las baladas.
¿Pero qué son Los Maricas? La repuesta puede ser ambigua, pero para mí son una banda que se sale de los cánones establecidos, demostrando que el punk puede ser el inicio, pero que el desarrollo y la evolución musical son la clave para sobresalir y mantener la importancia que han adquirido desde sus inicios.
Hasta el momento han lanzado ya seis EP y un larga duración, que salió este septiembre. De ellos, vale la pena destacar el EP Muerte (2013), que incluye canciones como “La deprimente historia del hombre sin cabello” o “Péguelo”, en las que se percibe la variedad de matices sonoros mencionados.
Tampoco hay que olvidar su split con Secta Suicida, publicado en 2014, además de El Verano y El Invierno, siendo estos dos últimos los discos que dejaron en claro el porqué de su importancia, gracias a canciones icónicas como “Magdalena” y “La Playa”.
En el más reciente, Escupiendo Tulipanes muestran una nueva faceta entre los sonidos acústicos con algo de screamo (“31 días”); baladas (“Morenita”), pop/post-punk (“Ramen en Japón”, “Bebé vamos a la playa”) y “Outro” que difiere completamente del disco y se aloja en los beats de Las Hermanas.
Yo consideraría a este uno de los lanzamientos independientes más importantes de Colombia de este año, no solo por la casa disquera que lo cobija (Discos Muertos), sino también por la aproximación que la banda tiene al punk.