ESTEBAN CISNEROS
Crear es un derecho. Para algunos, una obligación. Para otros, algo natural que debe concretarse en sus propios tiempos y espacios. Este último es el caso de N.P. Granx, proyecto de San Luis Potosí que logra conjugar –en una ingeniosa y granuja cancamusa– la literatura post con el lado empírico de la música; es poesía abisal cantada, musitada y a veces gemida. Y como poesía, se hace con la voz, el instrumento primigenio.
El resultado es un trebejo luminoso titulado Permite que te hable de Kustaa, críptico pero fascinante. El hombre detrás de la máscara de Granx se llama Néstor Pompeyo Granja, un personaje bullicioso que es lo mismo académico que sedicioso; sus exploraciones musicales comenzaron hace unos años con Templo Hueco, un grupo de estudio con gran influencia del rock gótico ochentero.
“Kustaa surge a partir de un texto que ya tenía un año en el tintero, un poemario de alrededor de 70 cuartillas”, explica N.P. Granx, quien depuró el texto hasta dejarlo en doce fragmentos, los que conforman este álbum digital (que tuvo un tiraje físico muy limitado).
La idea es darle la misma importancia a los textos que a la música, por lo que cada uno de los elementos tiene una estructura independiente y cierto valor en sí mismo. “Quería que los textos sonaran lo más parecido posible al ritmo que imaginaba cuando los fui escribiendo; por eso supe desde el principio que la voz iba a ser el instrumento principal”.
El álbum fue grabado íntegramente en un consultorio de psicoterapia, un local alejado del ruido y las distracciones. Fiel a la época, Permite que te hable de Kustaa se registró en una laptop en un proceso completamente casero y, en la mejor acepción de la palabra, amateur: fue una labor de amor.
“Tenía el texto terminado desde principios de 2016”, dice Granx. “En el transcurso del año fui componiendo melodías y tomando nota de los arreglos vocales. Si me surgía alguna idea en plena calle, sacaba el celular y grababa”. En noviembre comenzó la grabación en serio. “Me encerraba y no salía hasta que me encontraba a gusto con lo que obtenía”. Las anotaciones recopiladas durante meses fueron definitorias, una especie de mapa o partitura que sólo había que seguir para dar estructura a Kustaa.
“Quería hablar de Kustaa, mi propio Kustaa. Él existe en realidad. O existió, no lo sé. No tengo contacto con él desde hace 15 años”. Los misterios de la creación son parte esencial de esta obra conceptual que, según su autor, trata también sobre la independencia espiritual. “Me encanta el tema. No soy religioso y no practico ninguna doctrina, pero la mitología católica me resulta fascinante por compleja. Tiene muchos niveles. Es cruel, pero también bella”.
Kustaa es un álbum de descarga gratuita en Bandcamp. “Es parte de mi premisa: crear y liberar. Yo simplemente le doy forma, no soy vendedor”, justifica Granx. Es, además, un proyecto 100% de estudio: “No me gusta la idea de las presentaciones públicas. Yo, insisto, creo y libero”. Y lo que pueda suceder con sus palabras y melodías, que suceda.
C/S.